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¿El restaurador de las capacidades ofensivas?

Texto de Guillermo Acerbi

El JH-7A puede parecer un diseño totalmente desactualizado si se lo compara con sus equivalentes de última generación como el F-15E y F/A-18F; aunque con una electrónica y armamento adecuados puede encuadrarse dentro del nivel del Tornado IDS GR.4 (foto Chinese Military Aviation).

 


Buenos Aires (27 de febero de 2008). Diseñado por Xian 603 Aircraft Design Institute y construido por Xian Aircraft Company (XAC), el JH-7 surgió de un requerimiento de la Fuerza Aérea del Ejército de Liberación Popular (PLAAF o People’s Liberation Army Air Force) y la Fuerza Aeronaval del Ejército de Liberación Popular (PLANAF o People’s Liberation Army Naval Air Force) de disponer de un bombardero táctico supersónico y de ataque marítimo. En la misma categoría que el Tornado IDS, el JH-7 es un biplaza en tándem equipado con dos motores WS-9 Qinling construido bajo licencia del Rolls Royce Spey Mk.202 con un empuje unitario en seco de 12.250 lbs (54,29 kN) y 20.515 lbs (91,26 kN) con post-combustión (PC) abastecidos mediante un sistema digital de gestión de combustible. La versión JH-7A es una versión mejorada que conservó la célula original de construcción íntegramente metálica (sin materiales compuestos en sectores específicos) aunque incorpora aviónica digital y comandos de vuelo controlados mediante un sistema de mando (FBW o Fly By Wire) digital de tres canales.

El equipamiento electrónico incluye un computador de datos aéreos, sistema de navegación inercial y por posicionamiento global (GPS/INS o Global Positioning System/Inertial Navigation System), navegación Doppler y enlace de datos (data link). El puesto de pilotaje está equipado con dos pantallas cromáticas y un visor (HUD o Head-Up Display), mientras que el trasero consta de tres pantallas de características similares. La electrónica específica de combate está compuesta por un radar de pulsos Doppler JL-10A con un modo de seguimiento del terreno, búsqueda y designación de objetivos navales y cierta capacidad aire-aire; un completísimo conjunto ("suite") de guerra electrónica con alerta de radar y perturbadores ("jammers") internos activos y pasivos, un sistema de inteligencia electrónica (ELINT o Electronic Intelligence), identificador amigo-enemigo (IFF o Identification Friend or Foe) y lanzadores de chaff y bengalas.

De un total de 11 estaciones para armamento, tres son húmedas (aptas para la instalación de dos tanques de combustible subalares y uno ventral). En los dos pilones ubicados debajo de las admisiones de aire es posible portar sendos pods para navegación y designación láser (Blue Sky), detección de emisiones radar (una variante del AKR-8 ruso) o guiado de misiles antirradiación YJ-91 (KH-31P). Existe un sistema de control de fuego específico para los misiles antibuque YJ-83K, pudiendo portar hasta cuatro de estos en estaciones subalares. Otros armamentos en la lista incluyen el misil de crucero KD-88 para ataque de objetivos de alto valor estratégico y bombas de guía láser LT-2 de 500 Kg. Toda la gestión de armas lanzables está vinculada a un bus de datos digital 1553B. El armamento se completa con un cañón ventral bitubo Type 23-III (copia del Gryazev-Shipunov GSh-23L) de 23 mm con 200 proyectiles.

El JH-7A puede cumplir sobradamente con los roles de interdicción marítima y reconocimiento operando desde bases terrestres en el litoral Atlántico y permitirían a la FAA una capacidad de proyectar el control naval hasta el límite exterior de la plataforma continental (foto Chinese Military Aviation).

 

Si bien el análisis de un avión de estas características y la posibilidad de incorporación por parte de la FAA podría resultar cuestionable, la realidad es que se trata de un modelo que podría cumplir con varios roles específicos actualmente desatendidos pero que la Fuerza debería asumir en el futuro: La interdicción marítima y terrestre de largo alcance y el reconocimiento fotográfico marítimo y terrestre. Estas misiones no implican la necesidad de contar con aeronaves de altas prestaciones ni gran maniobrabilidad, sino que más bien requieren de una célula robusta, de gran autonomía, con electrónica adecuada (una aviónica de origen israelí similar a la del F-10/FC-20 sería ideal tanto logística como operativamente) y capaz de portar una cantidad importante de armamento (hasta 5.000 Kg en el caso del JH-7A). El JH-7 tiene un radio de combate de 1.600 Km (sin reabastecimiento en vuelo), pudiendo alcanzar una velocidad máxima de casi 1.700 Km/h a gran altitud y con velocidades de penetración a baja altura cercanas a Mach 0,9.


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