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El AX-01
en una de sus últimas (y probablemente la más
importante) de sus presentaciones públicas,
durante la exhibición que la FAA organizó en
Buenos Aires para celebrar su 75 aniversario (foto
Carlos Ay, agosto de 1987). |
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Dada su trayectoria internacional y el hecho de que
varias células incompletas sobrevivieron luego del cierre de la cadena de
producción, el Pucará tiene asegurada una buena fauna
de supervivientes; tanto en Argentina (donde sobreviven dos prototipos y varios
ejemplares de serie) como en el extranjero (donde casi todos los países
que lo emplearon conservan algún ejemplar almacenado, en exhibición o
monumento). Entre las máquinas que lograron sobrevivir a su carrera
operacional se destacan cinco ejemplares preservados en museos británicos
luego de la guerra de 1982, dos de los seis prototipos construidos a lo
largo de su historial de desarrollo y otros tantos ejemplares que Colombia
y Sri Lanka han conservado en museos o monumentos tras operar el modelo en
las décadas de 1980 y 1990.
El primer Pucará que alcanzó la condición de
preservado fue el prototipo AX-01. Ese ejemplar concluyó su carrera de
vuelo a mediados de la década de 1970 y pasó a desempeñarse como
demostrador estático en exhibiciones y ferias realizadas a lo largo y
ancho del país. Para octubre de 1992, la máquina había abandonado su rol
publicitario y, repintada en un esquema gris y celeste relativamente
similar al empleado cuando se desempeñaba como prototipo de desarrollo,
fue observado a la entrada del AMC. Ante la inminente
privatización de la factoría cordobesa, la máquina fue retirada de ese
emplazamiento hacia agosto de 1994 y embalada para su traslado a Buenos
Aires. Una vez en la capital, el AX-01 fue incorporado a la exhibición del
Museo Nacional de Aeronáutica en el Aeroparque “Jorge Newbery”, donde fue
visto por primera vez el 6 de noviembre de 1994. Tras ocho años expuesto al aire libre en distintas ubicaciones del predio, el
aparato fue trasladado a la nueva sede de Morón (B.A.) junto con el resto
de la colección del museo y puesto a buen recaudo en el hangar principal
de la institución.
El legado malvinense
La derrota argentina en el
Conflicto del Atlántico Sur de 1982 fue una fuente inesperada de
células que engrosaron la fauna de Pucaráes preservados en forma
tal vez anticipada (no resulta natural que comenzaran a
surgir como preservados ejemplares de un modelo que había
entrado en servicio tan solo ocho años antes). Sucede que tras la
rendición argentina del 14 de junio, las fuerzas británicas se
hicieron de un ingente botín de guerra compuesto por todo tipo
de armamentos argentinos entre municiones y aviones y pasando
por armas cortas y largas, cañones, tanquetas, misiles, cohetes, jeeps, helicópteros, radares, etc. Incluidos en este bagaje se
encontraban 24 Pucaráes recogidos en el campo de batalla o en
las bases aéreas desde las cuales habían operado con el
Escuadrón Aeromóvil Pucará Malvinas. Seis ejemplares cayeron en manos británicas en la
Estación Aeronaval Calderón (Isla Borbón/Pebble Island), otros
once fueron incautados en BAM Malvinas (Puerto Argentino/Port
Stanley), tres en BAM Cóndor (Pradera del Ganso/Goose Green) y
los cuatro restantes yacían destruidos en el campo de batalla
donde habían sido derribados o se habían accidentado.
Pucaráes capturados en Malvinas |
Lugar |
Fecha |
Aeronaves capturadas |
Lafonia |
21 May |
A-511 (derribado en
combate). |
Flat Shanty |
21 May |
A-531 (derribado en
combate). |
Pradera del Ganso |
28 May |
A-555 (derribado en
combate). |
BAM Cóndor |
28 May |
A-506, A-517 y A-527. |
EAN Calderón |
¿Jun? |
A-502, A-520, A-523,
A-529, A-552 y A-556. |
BAM Malvinas |
14 Jun |
A-509 (2), A-513, A-514, A-515,
A-516,
A-522, A-528, A-532, A-533, A-536 y
A-549. |
Mte. Blue |
30 Jun
1986 |
A-537 (desaparecido en
combate). |
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En forma resumida, la tabla
adjunta detalla la distribución de las 24 aeronaves capturadas tras
finalizar la guerra y la fecha en la cual fueron incautadas por los
británicos. Los niveles de daños que
registraban los aviones capturados variaban notablemente, desde algunos que
estaban casi completamente destruidos hasta unos pocos que supuestamente se
mantenían en condición de vuelo o podrían haber sido restaurados a esa condición
con relativa facilidad. Infelizmente, el accionar de depredadores y
cazadores de recuerdos llevó a que la mayoría de ellos quedaran
efectivamente fuera de servicio tras la rotura de sus superficies de
control, disparo de asientos eyectables o el robo de partes y piezas (las
puertas de inspección y las escarapelas, banderas y matrículas parecen haber
sido especialmente buscadas por estos coleccionistas). Poniendo algo de
orden en el inventario capturado, los ingleses identificaron los ejemplares
en mejores condiciones y los prepararon para su despacho a la metrópoli,
donde se esperaba hacerlos volar o al menos mostrarlos en ferias y museos
aeronáuticos. Los aparatos más dañados, por su parte, quedaron en las islas
y corrieron con menos suerte ya que fueron chatarreados, enterrados o
trasladados a polígonos militares donde las prácticas de tiro y bombardeo, la
corrosión ambiental y el paso del tiempo borrarían casi todo rastro de ellos.
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El
A-517 fotografiado en Pradera del Ganso un año y
medio antes de iniciar el exótico periplo que lo
llevaría hasta Gran Bretaña (foto Ian Howat, 10 de
julio de 1983). |
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Los primeros ejemplares que
cayeron efectivamente en manos del enemigo fueron los tres aparatos de la
BAM Cóndor, todos ellos en muy malas condiciones: Uno destruido en un
ataque aéreo del 1 de mayo (A-527) y dos (A-506
y A-517) con daños acumulados en accidentes operativos y bombardeos
enemigos. Todos permanecieron en el improvisado aeródromo hasta 1984, cuando
parece haberse decidido su limpieza. En febrero de ese año, el A-506 fue trasladado por un Chinook de la
RAF hasta el polígono de tiro Rabbit, aunque la parte trasera del fuselaje
se desprendió en vuelo y quedó abandonada en el aeródromo. En el curso del
año le tocó el turno a los restos del A-527, que fueron removidos del área y
presumiblemente enterrados o echados al basurero del pueblo. En octubre, el
aparato restante fue cedido por el Ministry of Defence a los residentes de
Pradera del Ganso, quienes el mismo día lo vendieron a un
caballero de apellido Harrison de la firma Grampian Helicopters;
quien lo despachó hacia Puerto Argentino a bordo del carguero "Monsunen" el 30 de enero de
1985. Con la partida del A-517 (sobre el que volveremos más adelante), el
aeródromo quedó desprovisto de células completas; aunque existe la remota
posibilidad de que algunas piezas (p. ej. el timón del A-527 y la parte
trasera del fuselaje del A-506)
sobrevivieran algo más de tiempo en esa ubicación.
El botín aeronáutico de la
Estación Aeronaval Calderón cayó en manos de los británicos en fecha no
determinada del mes de junio; aunque las 11 aeronaves que lo integraban (6
Pucaráes, 4 Turbo Mentors aeronavales y un Skyvan de la Prefectura Naval)
habían quedado fuera de servicio en un ataque comando realizado el 15 de mayo y a
merced del enemigo a partir de la evacuación de la base el 1 de junio. Los
seis Pucaráes sobrevivieron a la guerra con daños más o menos severos pero
en 1983 fueron rápidamente dispersados. En enero (o antes), el A-502 fue
hecho explotar y sus restos fueron enterrados y el A-520 y el A-556 fueron
trasladados hasta un polígono de tiro ubicado cerca del establecimiento
Chartres, Isla Gran Malvina (West Falkland). El 21 de julio, los tres restantes
(A-523, A-529 y A-552) fueron embarcados en el buque "Sand Shore" por un
helicóptero Chinook del 18 Squadron de la RAF en Bahía Elefante. Llegados a
Bahía San Carlos al día siguiente, el A-523 y el A-556 fueron trasladados
nuevamente por un Chinook hasta un polígono de tiro ubicado en la isla Gran Malvina. El A-529, por su parte, continuó viaje hasta Puerto
Argentino, donde fue desembarcado después del 24 de julio y trasladado en un
Chinook hasta RAF Stanley para convertirse en gate guardian de esa base
aérea.
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Vista
parcial del "cementerio de aviones" que los
ingleses montaron al Este de la torre de la recién
creada estación RAF Stanley en la que se advierten
seis IA-58 de la FAA y un UH-1H del EA (foto Royal
Navy, junio de 1982). |
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Los 11 sobrevivientes de BAM Malvinas
fueron incautados por los británicos el 14 de junio tras la rendición de
las fuerzas que comandaba el Grl. Menéndez. Las máquinas fueron encontradas
en los puntos donde quedaron estacionadas al momento del cese del fuego: Dos
máquinas en la plataforma de vuelo (A-515 y A-549), dos en posiciones de
dispersión entre la plataforma y la pista de vuelo, dos frente a la
plataforma al Norte de la pista y otras cinco desperdigadas por el resto del
aeródromo. En la semana posterior al fin de la guerra, se detonaron,
retiraron o aseguraron sus elementos pirotécnicos (asientos eyectables,
armamento lanzable, munición de ametralladoras y cañones) y 8 ejemplares
(A-513, A-514, A-522, A-528, A-532, A-533, A-536 y
A-549) fueron reubicados en doble fila al Este de la plataforma para poner
orden en el aeródromo. Paralelamente, se evaluaron los ejemplares en mejores
condiciones y se decidió su traslado por la vía marítima hacia la metrópoli
británica. Transportados por helicópteros Chinook HC.2 del 18 Sqdn hasta
Puerto Groussac (Port William), los siguientes aparatos partieron rumbo a Europa: A-515 y
A-549 embarcados en el "Atlantic Causeway" (12 de junio), A-533 embarcado en
el "Tor Caledonia" (1 de agosto) y A-522 y A-528 embarcados en el "Contender Bezant"
(6 de septiembre).
Para cuando los dos últimos
ejemplares partieron hacia Gran Bretaña, cinco de los seis restantes (A-509
(2), A-513, A-514, A-532 y A-536) fueron reagrupados (por no decir
arrumbados) al Sudoeste de la cabecera 08, mientras que los restos del sexto
(A-516) fueron enterrados en algún lugar del aeródromo. Al año siguiente,
tres de ellos fueron trasladados por helicópteros Chinook a
polígonos de tiro dispersos por las islas: el A-536 el 14 de mayo y los
A-513 y A-532 en o antes de julio de 1983. A fines de ese mes, llegó al aeródromo
proveniente de Isla de Borbón el A-529. Recuperando partes y piezas del A-509
(2) y del A-514, mecánicos de la RAF
reconstruyeron entre 1984 y 1985 el A-529 con la intención de exponerlo como gate guardian de
la base. No sabemos con certeza si llegó a cumplir esa función ya que la
apertura del aeropuerto de Mount Pleasant determinó su traslado a ese
complejo militar, donde quedaría bajo la custodia de la 1435 Flt. Los A-509
(2) y A-514 sobrevivieron en el aeródromo en muy malas condiciones
hasta por lo menos abril de 1987, oportunidad en la que se los vio por
última vez al Sudoeste de la cabecera 08. Pocos tiempo después, ambos
aparatos fueron trasladados en un bulldozer hasta una playa cercana, donde
fueron enterrados en un pozo en el que sin dudas deben haberse desintegrado
por acción de la corrosión marina.
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Un
testigo exhibe restos del A-537 tras ser
localizados en junio de 1986 en el monte Azul
(foto vía Aeroguat). |
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Los aparatos caídos en el campo de batalla
fueron poco intervenidos y quedaron abandonados a la intemperie y librados a su
suerte. Algunos han ido desapareciendo lentamente. Otros lograron sobrevivir al paso del tiempo para transformarse en
escalas de tours de interés bélico que recorren la Isla Soledad; tales como
el que Patrick Watts (director de Falklands Radio durante la guerra de 1982) ofrece
a los turistas bajo el título "Battlefield Sites". En el primer grupo se encuentra el
A-511 del My. Tomba, cuyos restos podían verse cerca del monte Drone Hill,
Lafonia (Isla Soledad), hasta por lo menos marzo de 2002 permitiendo discernir
con claridad que se
trataba de un Pucará. El A-531 del Cap. Benítez (Establecimiento Flat Shanty,
Isla Soledad) y el A-555 del Ten. Cruzado (Goose Green/Pradera del Ganso) no
habrían corrido la misma suerte: El primero fue visto por última
vez en octubre de 1990 y de él solo quedaban unos pocos restos informes.
Mención especial merece el A-537 del Ten. Giménez, desaparecido en acción el
28 de mayo y localizado nada menos que cuatro años más tarde en la zona de
las Alturas Rivadavia (Blue Mountain), Isla Soledad (East Falkland), sitio donde se estrelló bajo condiciones meteorológicas adversas tras
derribar un helicóptero Scout británico durante la batalla de Darwin y
Pradera del Ganso.
La "colección
británica"
Los primeros Pucaráes
despachados desde Malvinas a bordo del "Atlantic Causeway" (A-515 y A-549)
llegaron a la metrópoli por Devonport (puerto próximo a la ciudad de
Plymouth, condado de Devon) el 27 de julio. El primero en
desembarcar fue el A-549, que el 28 de julio fue trasladado por un Chinook
de la RAF hasta la estación aeronaval de Yeovilton (Somerset) para ser
expuesto estáticamente en el "Air Day" que se realizaría allí el 31.
Infelizmente, el aparato sufrió daños en el plano principal durante el vuelo
de casi 100 km y quedó efectivamente inhabilitado para volver a volar. Tras
su exhibición en el festival antes citado, siguió camino hacia Boscombe Down
(Wiltshire) el 9 de agosto. Para evitar la repetición del problema del
A-549, el A-515 fue desembarcado cuidadosamente, desarmado y montado sobre
camiones playos que el 1 de agosto lo trasladaron hasta Boscombe Down.
El A-533, embarcado en el "Tor
Caledonia" a principios de agosto, llegó a Felixtowe (Suffolk) el día 20 y
siguió por tierra hasta Finningley (Sheffield) y Abingdon (Oxford), donde
participó en sendos "Battle of Britain displays" el 4 y 18 de septiembre;
terminando su recorrido en Boscombe Down el 23. La concentración de tres
ejemplares en ese misterioso y relativamente secreto aeródromo del condado
de Oxford se debía a que fueron asignados al Aircraft & Armament
Experimental Establishment, quien debía evaluar en vuelo al Pucará con
la metodología aplicada a infinidad de sistemas de armas capturados por las
fuerzas armadas británicas desde por lo menos la II Guerra Mundial. El proyecto se desarrolló entre agosto de 1982 y septiembre
de 1983 y concluyó con la cesión de los tres aparatos involucrados a
calificados museos británicos: El A-515 (empleando matrícula británica
ZD485) pasó el 9 de septiembre al Cosford Aerospace Museum (Shropshire), el
A-549 fue cedido al Imperial War Museum en Duxford (Cambridge) el 2 de
noviembre y el A-533 pasó al Museum of Army Flying de Middle Wallop
(Wiltshire) el 15 de febrero de 1984.
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Recién arribado a Gran Bretaña, el A-528 transitó
entre Southampton, Abingdon y St. Athan en un
remolque plano (foto
MAR/MAP, circa septiembre de 1982). |
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Los dos aparatos restantes (A-522 y A-528)
llegaron a Southampton (Sussex) y fueron desembarcados el 23 de septiembre
del carguero "Contender Bezant". Entre el 25 y el 30 del mismo mes, ambos
ejemplares fueron trasladados hasta Abingdon, donde se integraron a la "RAF
Museum Regional Collection" con asiento en Saint Athan (Glamorgan). Por ese
motivo, se les asignaron los "RAF Maintenance Numbers" 8768M (A-522) y 8769M (A-528);
identidades que realmente nunca emplearían porque mantendrían intactas sus
matrículas argentinas. Tras un par de años participando en exhibiciones, muestras
y festivales aéreos con los que Gran Bretaña celebraba su
triunfo en el Atlántico Sur, ambos aparatos encontrarían destino más o menos
estable: El A-522 se integró a la colección del
Fleet Air Arm Museum de Yeovilton el 7 de diciembre de 1982 y el A-528 hizo
lo propio con el MAF el 16 de mayo de 1985, donde se unió al A-533 en la
exposición al aire libre. Los tres ejemplares restantes, por el contrario, se conservarían bajo techo.
Con esos últimos movimientos,
la disposición de los cinco Pucaráes exportados a Gran Bretaña luego de la
guerra quedaría estabilizada por casi una década. Sin embargo, La inclemente meteorología
británica y la gradual pérdida de interés por el Conflicto del Atlántico Sur
(que pasó a segundo plano con la Operación Tormenta del Desierto) conspirarían para erosionar ligeramente
la "colección británica" y provocar nuevos cambios en su distribución
geográfica. Sus primeras víctimas, naturalmente, serían los ejemplares
expuestos al aire libre en Middle Wallop: A principios de la década de 1990,
el húmedo clima del Sudeste inglés los había corroído al punto en que el
museo decidió deshacerse de ellos. El aparato en
mejores condiciones (A-528) fue cedido al North East Air
Museum de Sunderland (Northumberland) el 12 de octubre de 1993. Pero como este
museo había conseguido casi al mismo tiempo la cesión del A-522 por parte del FAAM, su
gerente ofreció al Norfolk and Suffolk Aviation Museum de Flixton
(Suffolk) hacerse cargo del A-528. Como resultado de esta operación, el 24 de julio de 1994
el A-528 fue entregado al NASAM y el A-522 al NEAM. Es interesante destacar que las máquinas cambiaron de ubicación geográfica pero no
de propiedad porque ambas fueron cedidas "a préstamo". De todos
modos, llama la atención que
el MAF cediera el A-528 por un plazo de
99 años...
A pesar de su buen estado de
conservación, el A-522 requirió algún trabajo de
restauración por parte del NEAM; motivo por el cual el A-528 hubo de ceder
algunos de sus componentes antes de partir hacia Flixton. A su llegada al
NASAM, la condición del A-528 era razonable para una máquina con su
historial (daños en combate, un mes de viaje por mar y casi 10 años de
abandono al aire libre en Middle Wallop). Según Ian Hancock, curador del
NASAM, el avión registraba bastante corrosión en la parte inferior de las
alas y el fuselaje, tenía una gran incisión debajo del cockpit, los tableros
carecían de instrumentos, faltaban un motor y el otro no tenía eje para
montarle la hélice; faltaban los asientos eyectables, la trompa, las tapas
del tren delantero y varias puertas de inspección. A pesar de este poco
auspicioso panorama, Hancock y su tropa de voluntarios realizaron un
paciente proceso de restauración que insumió casi 10 años y permitió
que el A-528 recuperase al menos su apariencia externa. Atraído por su
"relevancia como aeronave militar y por su agradable diseño visual", Hancock
realizó importantes esfuerzos para conseguir varias de las partes faltantes:
un motor (incompleto y desmontado), varios paneles, seis palas de hélice,
dos cúpulas de la cabina, flaps, una puntera de ala con luz de navegación,
la puntera del timón de dirección y las tapas del tren delantero. Para
mediados de 2001, el aparato había recuperado sus motores, hélices y
conjunto timón completo, se le había restaurado las demás superficies
externas y se lo había repintado en un esquema que representaba con
fidelidad su condición al momento de partir desde Comodoro Rivadavia rumbo a
la guerra.
El segundo ejemplar del MAF no
correría tan buena suerte. En el invierno de 1996/1997, su condición se
agravó a tal punto que el teniente coronel Derek Armitage, curador del
museo, aseguraba que constituía un peligro para el público y se encontraba
"más allá de cualquier reparación". Por ese motivo, en marzo de 1997 se
decidió entregarlo a una planta de reciclaje en Andover, donde fue
chatarreado el 28 de abril. Poco antes de su destrucción, sin embargo, Ian
Hancock del NASAM logró rescatar varias partes para la reconstrucción del
A-528 y Tony Dyers, propietario de una colección de cockpits conocida como
la "Air Defence Collection", se hizo con la parte delantera del fuselaje
(desde el cono de la trompa hasta el panel de instrumentos del piloto). Por
tratarse de un residente de Amesbury, localidad vecina de la base aérea de
Boscombe Down, Dyers poco tiempo después integró la pieza a la colección de un pequeño
museo alojado en esa unidad de la RAF. Pero todo parece indicar que la
historia no acaba aquí, ya que en una visita realizada al MAF, un
corresponsal británico aseguraba haber observado "un Pucará no identificado
(ala y parte móvil de la deriva)" el 30 de diciembre de 2003...
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Disposición actualizada de la "colección
británica" |
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El último ejemplar que realizó el
periplo desde Malvinas hasta Gran Bretaña fue el A-517, aunque su trayecto
fue mucho menos convencional que el de sus cinco predecesores. Como vimos más
arriba (Legado Malvinense), los maltratados restos del aparato fueron
trasladados por barco desde Pradera del Ganso hasta Puerto Argentino a fines de enero de 1985. Desmontado y almacenado en
un container, el aparato quedó a la espera de un buque carguero que lo
trasladara hasta la metrópoli británica junto con un UH-1H Huey del Ejército
Argentino. Ambas máquinas eran en ese momento propiedad de la firma
Grampian Helicopters International, que había inscripto el Pucará en el
registro de aeronaves civiles británicas bajo la matrícula G-BLRP el 3 de
diciembre de 1984. El traslado marítimo se concretó aparentemente en 1987 y
su presencia en
suelo británico fue confirmada a fines de septiembre de ese año, cuando
fueron vistos en el Lashenden Air Warfare Museum, de Headcorn (Kent), aún en
containers y a la espera de su eventual restauración a condición de vuelo. A
partir de ese momento, su rastro se hace un tanto difuso y difícil de
seguir.
A principios de 1989, una firma denominada Dopatm Limited
anunciaba en periódicos aeronáuticos tales como Aeromart que tenía a la
venta un FMA IA-58A "Pucará" y azuzaba al potencial cliente a "poseer una
pieza histórica con este biplaza, turbohélice bimotor recuperado de Goose
Green luego del conflicto de las Falklands". La oferta parece haber sido suficientemente atractiva para un tal
Rodney John Halsey Butterfield, con domicilio en la localidad de
Witney (Oxfordshire), a cuyo nombre fue transferida la matrícula el 15 de
septiembre de 1989. Como la máquina seguía sin aparecer y su propietario
no renovó la matrícula, la Civil Aviation Authority inglesa decidió
darla de baja el 16 de noviembre de 1995. Aumentando el halo de misterio que
lo rodea, en algún momento se especuló que residía en la
Isla de Jersey porque a ella correspondía el número telefónico que Dopatm
incluía en sus anuncios de venta. A fines de 2002, un corresponsal británico
anunció tener una fuente que aseguraba que "un Pucará
se hallaba almacenado en uno de los hangares no aeronáuticos [del aeródromo]
de Bicester (Oxfordshire)" y que este era propiedad de un vecino de
la región (lo que cuadra muy bien con el domicilio de Butterfield, distante
unos 80 km.). El
testigo, sin embargo, aseguraba no haber visto a nadie en ese hangar en
varios años. Agravando la incertidumbre, Dopatm y Grampian
Helicopters han desaparecido como empresas y el señor Butterfield
parece no residir más en Witney; con lo que las vías de investigación
y las posibilidades de localizar al A-517 aparecen por ahora agotadas.
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El
IA-58A(M) A-559, veterano de la IX Br Aé, se
conserva en un pedestal frente a la Escuela de
Aviación Militar (foto Vladimiro Cettolo, agosto
de 2001). |
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Más preservados
argentinos
En Argentina, mientras tanto,
el desgaste operativo de células determinaría un gradual crecimiento
de la flota de Pucaráes preservados. La mayoría de ellas se concentraría,
naturalmente, en las zonas con mayor afinidad operacional con el modelo: las
ciudades de Córdoba (Cba.) y Reconquista (S.F.) y sus áreas de influencia.
Hacia ellas confluirían a partir de la segundo mitad de la década de 1980
células vencidas, aparatos accidentados más o menos gravemente y aeronaves
desactivadas con daños menores pero económica o técnicamente irrecuperables. En
Córdoba, el AMC y posteriormente LMAASA constituyeron un polo concentrador
de células no operativas que, de no ser chatarreadas, se reciclaban en forma
de repuestos, monumentos, simuladores, material didáctico, etc. La III Br Aé de Reconquista, por su parte,
sirve de almacén de células que la FAA puede no operar pero tampoco está
dispuesta a dar de baja. Fuera de estas áreas, también pueden localizarle
Pucaráes preservados en en Museo Nacional de Aeronáutica, de Morón (B.A.), y
el Museo Aeronáutico Regional "La Romana", cerca de Justo Daract (S.L.).
La provincia de Córdoba posee
hoy en día la colección más grande de Pucaráes sobrevivientes. Si bien el
grueso de la colección se aloja en distintos puntos de la
capital mediterránea, otras se localizan en localidades importantes del interior
provincial tales como Oliva, Pilar, Río III y Río IV. La misma parece haber
comenzado a formarse hacia 1994, cuando un aparato apareció en una plazoleta
de la localidad de Río III asumiendo la identidad del Pucará en el que el
Ten. Giménez había desaparecido en combate en 1982 (A-537). Con el tiempo,
se confirmó que la aeronave en cuestión era el igualmente histórico y colorido
prototipo AX-04, retirado del servicio en 1987 tras acumular 1.050 hs. de
vuelo en programas de armamentos tales como Pucará Torpedero y Martín
Pescador. Mas o menos en el mismo período, el primer aparato de serie
(A-501) fue retirado del servicio y cruzó la Avenida Fuerza Aérea para
instalarse como material didáctico de la Escuela de Suboficiales.
Orillando el nuevo mileno,
varios ejemplares encontraron nuevos hogares en la provincia. El primero fue
un aparato cedido en 1999 al Museo Nacional de Malvinas, con sede en Oliva.
Si bien se lo identifica como A-581, se trata realmente un aparato híbrido
que fue armado con el fuselaje del propio A-581, alas del AX-06, tapas de
tren de aterrizaje del A-550 y partes del timón de dirección del A-559. El
A-559 propiamente dicho, por su parte, fue emplazado en un pedestal en la plazoleta sita en la
intersección de las avenidas Fuerza Aérea y Circunvalación, frente a la
Escuela de Aviación, en
vísperas del Día de la Fuerza Aérea de 2001. Además de lo bien presentado
del monumento, el A-559 se distingue por lucir el escudo del Escuadrón IV de
Ataque, recuerdo de su paso por la IX Br Aé de Comodoro Rivadavia (Chb.). Un
año más tarde, el prototipo de los programas IA-66 e IA-58C (AX-06) fue
presentado en las jornadas de puertas abiertas del AMACUAR, con sede en Las
Higueras, tras ser rescatado y recuperado del "cementerio de aviones" de
LMAASA por los restauradores del MTA.
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El
A-514 (2), construido con partes y piezas del
A-505 y el A-573, decora el interior de la III Br
Aé en Reconquista (foto Cazador vía
ECV-156 Cóndor, circa febrero 2004). |
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La provincia también aloja un
par de células incompletas dignas de destacar. La primera de ellas proviene del
A-573, retirado del servicio en 1990 y chatarreado para recuperar partes y
piezas. Sus restos (fuselaje entero sin cúpula ni motores) fueron vistos por
última vez en 1994 en un depósito anexo del AMC sito en el barrio de la
Guarnición Aérea Córdoba. Cuando se sospechaba que habría sido transformado en
aluminio fundido, las III Jornadas de Puertas Abiertas de la EAM realizadas
en agosto
1995 revelaron que su cockpit
había sido empleado por alumnos de la escuela técnica de LMAASA para
montar un simulador de vuelo controlado por PC.
En 2001 también detectamos en la Escuela de Suboficiales un simulador de
procedimientos de cabina de origen no del todo conocido. Esta revisión de
sobrevivientes cordobeses no estaría completa si omitimos mencionar a LMAASA, cuyas
instalaciones alojan frecuentemente células incompletas remanentes de la línea de
producción, ejemplares discontinuados o accidentados, mock-ups de
demostración, células de
ensayos estáticos y partes y piezas que eventualmente terminaron en otros
destinos del país o el exterior.
La III Br Aé de Reconquista,
principal operador histórico del modelo, ha restaurado y conserva un
ejemplar en monumento. El primero de ellos es un ejemplar matriculado A-514
y fue detectado por un corresponsal británico en 1996. Al igual que muchos
otros IA-58 devenidos en monumentos, este ejemplar es un híbrido construido
con partes del A-505 y el A-573 (ambos retirados del servicio a mediados de
1990) y puesto en un pedestal al interior de la brigada. Adicionalmente, la
unidad suele alojar aeronaves accidentadas, inactivas o almacenadas a la
espera de circunstancias que permitan su reparación y puesta en servicio. Digna
de mención entre esas células (o partes de ellas) es la sección delantera
(cabina completa) del prototipo AX-02, que dejó de ser visto en el AMC a principios de la década de 1980 tras cumplir su ciclo como célula de ensayos estáticos.
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Los
tres Pucaráes colombianos paralizados y juntando
humedad en la Base Aérea "Luis Gómez Niño" varios
años después de quedar fuera de servicio (foto vía
André Maurois). |
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Colombia y Sri Lanka
Otros reductos en los que
se pueden encontrar ejemplares sobrevivientes del Pucará son Colombia y Sri
Lanka. Los tres ejemplares donados por la Administración Menem a Colombia
a fines de 1989, que se dice acumularon solo 150 hs. de vuelo hasta quedar
fuera de servicio por falta de mantenimiento, permanecieron varios años en
su base de asiento, la Base Aérea "Luis Gómez Niño", de Apiay
(Villavicencio). Si bien existen rumores bien fundados que hablan de su
venta a la Fuerza Aérea Uruguaya en canje por cursos de capacitación para
aviadores militares colombianos, en febrero de 2005 fuentes de la FAC
confirmaron que las máquinas se encontraban en la Base Aérea "Luis Gómez
Niño" (Departamento del Meta); paralizadas, selladas y a la espera "de que
la Jefatura de Operaciones Logísticas de la FAC [decidiera] su destino". Sri Lanka, por su parte, conserva dos de los cuatro
ejemplares adquiridos en 1992 y empleados en su guerra contra la guerrilla
tamil hasta aproximadamente 1998. Uno de los ejemplares (CA-603) se conserva
en un monumento bajo la torre de control de la base desde la cual actuaron a
lo largo de toda su carrera operativa: Anuradhapura, 100 Km. al Norte de
Colombo. El segundo ejemplar (CA-605) fue trasladado hasta Ratmalana, 60 Km.
al Sur de la capital isleña, y cedido al museo de la Sri Lanka Air Force.
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