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Vista superior de los prototipos Pulqui que se
conservan en el MNA de Morón (foto Carlos Ay,
agosto de 2004). |
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La "dinastía
Pulqui" constituye el más alto exponente de la "era de
oro" de
la industria aeronáutica argentina. Concebidos entre mediados de
la década de 1940 y fines de la de 1950, sus distintos modelos
materializaban las aspiraciones argentinas de llegar a la
autosuficiencia en el desarrollo y construcción de aeronaves de
combate de altas prestaciones y avanzada tecnología. Si bien sus
integrantes son notablemente disímiles, los tres Pulquis
concebidos en Córdoba por técnicos argentinos, alemanes y
franceses ilustran claramente la evolución a través de diseños
representativos de las tendencia de la época: Primero un caza
subsónico de ala recta, luego uno transónico de alas en flecha y,
finalmente, uno con alas en flecha supersónico.
La familia estuvo
compuesta por tres diseños que lograron distintos grados de
evolución en sus procesos de desarrollo:
- I.Ae.27 Pulqui
(subsónico): Diseñado y construido bajo la dirección del
ingeniero francés Emile Dewoitine (que le dio la designación
personal D-700), su único prototipo voló por
primera vez el 9 de agosto de 1947 propulsado por un motor
Rolls-Royce Derwent V.
- I.Ae.33 Pulqui II
(transónico): Diseñado bajo el liderazgo del ingeniero alemán
Kurt Tank, el primero de sus cuatro prototipos voló por
primera vez el 27 de junio de 1950 impulsado por un motor
Rolls-Royce Nene II.
- I.A.43 Pulqui III
(supersónico): También concebido por el equipo de Kurt Tank,
el modelo no llegó a ser construido, aunque hubiese sido
propulsado por dos motores Bristol Orpheus 12.
Con el I.Ae.27,
Argentina se transformó en la primera nación latina y la octava
del mundo en hacer volar un avión a reacción. Limitaciones
técnicas, industriales, presupuestarias y políticas, sin
embargo, determinaron
que ninguno de los proyectos llegara a la etapa de producción en
serie, aunque algunos autores aseguran que el Pulqui II casi
llegó a materializarse en una pre-serie de 10 ejemplares. El
I.A.43, que ni siquiera salió de los tableros de dibujo,
irónicamente habría servido de base para que Tank desarrollara
en India el HF-124 Marut (Espíritu de la Tempestad).
A pesar de ello, el único I.Ae.27 y el último I.Ae.33 se
mantuvieron en servicio en DINFIA hasta principios de la década
de 1960, cuando fueron donados al entonces recién creado MNA.
Expuestos a la intemperie por casi cuatro décadas en el
Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires, los ejemplares fueron
víctimas de un lento proceso de degradación por corrosión.
Afortunadamente, ambos fueron restaurados en el AMACUAR y, tras
su exposición en el MTA, el MIBJISM y la I Br Aé, volvieron a manos del
MNA, esta vez en sus instalaciones cubiertas de Morón. |