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Dotado de mira de tiro terrestre y un lanzador de
bombas fumígenas, el B45 Mentor
E-016 de la VII Br Aé ilustra el esquema de
pintura empleado en la época en que el modelo se
vio involucrado en el combate de Monte Chingolo
(foto Atilio Marino, circa 1974). |
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A medida que la
lucha en Tucumán se volcaba a favor de las fuerzas del gobierno y la administración presidencial de Isabel Perón
perdía control de la Nación, el accionar de la guerrilla se
incrementó en forma considerable en el medio urbano. En el
ámbito aeronáutico de este conflicto, desde fines de 1975 se
destacan varios eventos en los que medios aéreos (civiles y
militares) continuaron teniendo participación protagónica.
El primero de ellos
se produjo el 5 de octubre de 1975, en ocasión del
ataque al
Regimiento de Infantería de Monte 29, con asiento en
Formosa (Frm.). En una acción sofisticada y de gran cobertura
geográfica, más de 60 integrantes del movimiento Montoneros
secuestraron un Boeing 737 de Aerolíneas Argentinas (LV-JNE
"Ciudad de Trelew"), un Cessna
182D del Aeroclub Chaco (LV-HOT) y un aparato no identificado de
la gobernación de Formosa, coparon el aeropuerto "El Pucú"
de Formosa y atacaron el regimiento antes citado provocando 16
muertes (un oficial, un suboficial, 10 soldados y dos empleados
civiles en el regimiento y dos funcionarios policiales) y 22
heridos entre las fuerzas legales, sufriendo 16 bajas y una
treintena de heridos propios y causando la muerte de tres
civiles (dos menores y un adulto). Las dos primeras aeronaves secuestradas
fueron empleadas para replegar las fuerzas agresoras hacia las
localidades de Nueva Valencia (Corrientes) y María Susana (Santa Fé), donde
aquellas se dispersaron.
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Los Hughes 369 de la Fuerza Aérea
participaron en esta fase del del conflicto en
misiones de apoyo aéreo y vigilancia perimetral
(foto Edgardo Bianucci, octubre de 1982). |
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El Boeing 737
aterrizó en un campo arado fuera de la localidad santafesina y
quedó varado casi 15 días hasta que un equipo de trabajo
integrado por ingenieros militares y personal de Aerolíneas
Argentinas, asistidos por consultores norteamericanos,
canadienses y franceses, construyeron una pista de aterrizaje
con planchas de aluminio y acondicionaron el avión para
permitirle despegar el 22 de octubre. El operativo de
recuperación fue apoyado logísticamente por cargueros C-130
Hercules de la Fuerza Aérea, que trasladaron personal y medios
materiales desde distintos puntos del país hasta María Susana:
Ingenieros militares desde Santo Tomé (Cts.), planchas metálicas
desde Ushuaia (T.F.), etc.
A raíz de su severidad, el ataque
disparó una serie de medidas oficiales que militarizaron completamente
el conflicto y lo extendieron a todo el territorio nacional
(decretos presidenciales secretos 2.770 a 2.772 del 6 de octubre
de 1975). En concordancia con
esas determinaciones, la totalidad de la Fuerza Aérea fue puesta
en estado de alerta con la intención de desplegar sus medios a
cualquier parte del país donde fuesen requeridos. Este
dispositivo incluía cazas A-4B Skyhawk de la V Br
Aé, Mirage IIIEA de la VIII Br Aé, entrenadores artillados B45
Mentor de la EAM y la VII Br Aé, helicópteros artillados UH-1H
Huey y Hughes 369 de la VII Br Aé y bombarderos Canberra B.62 de
la II Br Aé. Las aeronaves de la VII Br Aé eran probablemente
las más activas del dispositivo ya que, además de permanecer en
alerta con armamento y combustible completos, solían actuar como
escoltas aéreos para el desplazamiento de convoyes de vehículos
militares en sus desplazamientos por el Gran Buenos Aires,
teatro predilecto de las incursiones subversivas.
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Un UH-1H Huey del Ejército fotografiado en
el Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires con el
esquema de pintura representativo de este período:
Terminación verde oliva con leyendas y matrículas
en negro
(foto Michael Magnusson, agosto de 1976). |
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Para diciembre de
1975, en
medio de un caos político, económico y social generalizado, el
ERP y Montoneros llevaron a cabo el último y más grande de sus
operativos militares urbanos con la intención de copar el
Batallón de Arsenales 601 "Domingo Viejobueno", sito en la localidad de
Monte Chingolo (B.A.). Para ello, dispusieron de casi 300
guerrilleros que el 23 de diciembre a las 19:45 hs. iniciaron un
ataque a dos puntas (puerta principal y retaguardia del cuartel)
coordinado con gran cantidad de acciones de distracción y
obstrucción en zonas aledañas al batallón. El ataque, que había
sido repelido efectivamente hacia las 23:00 hs. pero requirió de operaciones
militares y policiales a lo largo de toda la noche, determinó la
participación de aviones Mentor de la FAA y helicópteros Huey de
la FAA y el EA y Bo-105 de la PFA y la Policía Bonaerense en
misiones de apoyo y reconocimiento aéreos. Si bien no se
registraron bajas o daños al material aéreo, existen relatos que
dan cuenta del empleo de morteros y armas pesadas para repeler
los ataques aéreos por parte de los guerrilleros. Al cesar la
lucha, los revolucionarios habían sufrido 58 bajas y las fuerzas
legales 6 muertos y 12 heridos.
A partir de la
derrota de Monte Chingolo y el golpe militar de marzo de 1976, el
accionar terrorista se vio fuertemente limitado y hubo de
encaminarse hacia operaciones de menor envergadura en las cuales
los medios aéreos serían de escasa utilidad. No obstante ello,
las fuerzas armadas y de seguridad continuaron empleando aviones
y helicópteros en misiones de vigilancia y escolta armada. A los esquemas de
aeronaves en alerta que hemos descrito más arriba, debemos
agregar el empleo de aeronaves livianas Cessna 182 y/o Hughes
369 en unidades de la FAA, donde realizaban vuelos de
vigilancia de perímetros militares y escolta armada de caravanas
militares. Tal es el caso de la V Br Aé, que en 1976 realizaba
un vuelo crepuscular diario para asegurar el perímetro de sus
instalaciones con su Cessna 182 de dotación. El Hughes 369 de la
brigada fue así mismo empleado en vuelos de escolta armada, como
los que realizó, artillado con un fusil ametralladora
FAP cal. 7,62 mm instalado en su puerta trasera derecha, durante
la visita presidencial de Jorge R. Videla a Villa Mercedes en
1976.
La
última acción
relevante de esta campaña desde el punto de vista aeronáutico fue el atentado que el 18 de febrero de 1977 dañó al
avión presidencial F.28 Fellowship T-01 segundos después de
decolar del
Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires (C.F.) con el presidente
Videla abordo. Alcanzado por una bomba similar a la que en 1975
destruyó un C-130 Hercules en Tucumán, el aparato logró completar el
decolaje y volar hasta El Palomar (B.A.) donde realizó un
aterrizaje de emergencia. Reparado por el Área de Material
Córdoba y repintado en un nuevo esquema de color, el aparato
volvió al servicio el 19 de diciembre de ese año.
Posdata
del MTP
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El UH-1H Huey AE-405 artillado con
coheteras Yaguareté y ametralladoras MAG,
configuración con la cual participó en la
recuperación de los cuarteles de La Tablada dos
meses después de tomada esta foto (foto Carlos Ay,
noviembre de 1988). |
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En una acción
inesperada y extemporánea, sin embargo, casi una década más
tarde después de su derrota definitiva, la guerrilla volvió a la
acción con el copamiento de los cuarteles de La Tablada
(B.A.) que ocupaban el Regimiento de Infantería Mecanizada 3
"Grl. Belgrano" y el Escuadrón de Exploración de Caballería
Blindada I. El ataque se produjo a primera hora del 23 de enero
de 1989 y en él participaron aproximadamente 50 partidarios del
Movimiento Todos por la Patria (MTP) liderados por Enrique Gorriarán
Merlo, veterano del ERP de la década de 1970. Los combates se
prolongaron hasta las 10:00 hs. del 24 de enero y fueron
transmitidos en vivo por televisión, medio por el cual fue
posible comprobar la participación de helicópteros UH-1H Huey y
SA-330L Puma del Ejército y Bo-105 de la Policía Bonaerense en
misiones de vigilancia y apoyo de fuego. Un Puma del Ejército,
de hecho, tuvo a su cargo la responsabilidad de trasladar al
presidente Raúl R. Alfonsín a inspeccionar las instalaciones
tras la rendición de los sediciosos. El combate dejó como
resultado 11 muertos y 37 heridos o mutilados entre las fuerzas
militares y policiales y aproximadamente 28 muertos y 15
detenidos entre los subversivos y marcó el final del
conflicto armado entre
fuerzas militares y policiales y revolucionarios izquierdistas.
Por su desempeño en combate recibieron menciones especiales los
aviadores del Ejército Cnel. Arturo E. Grandinetti, Tte. Cnel.
Roberto O. Yanzi, My. Hugo A. Pérez Cometto y el Cap. Andrés G.
Malm Morgan.
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