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El
carácter multinacional del ejercicio se percibe claramente en
su escudo y en esta foto de la línea de vuelo (foto G. Sentis). |
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¿Integración
regional o "puro marketing"?
Organizado
por la Força Aérea Brasileira (FAB) bajo la denominación oficial Operación
Cruzeiro do Sul 2002, el ejercicio requirió cerca de dos años de
planificación y tuvo como objetivo principal el perfeccionamiento de
la capacidad de actuar conjuntamente con países aliados en un hipotético
conflicto que requiera operaciones aéreas de combate; y la
implementación de técnicas de comando, control y planeamiento
operacional a partir de sistemas y experiencias aportadas por el Armée
de l’Air (AdlA) actualmente utilizados por la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
El
CRUZEX 2002 fue absolutamente avalado y respaldado por el
gobierno brasileño y forma parte de un plan de acción encarado por
las más altas esferas a nivel presidencial, entendiendo que servirá
para testear la capacidad de coordinación y respuesta en acciones de
tipo estratégico similares a las previstas durante su desarrollo.
Recordemos que Brasil pretende obtener consenso internacional que lo
acredite para ganar el acceso a una codiciada banca permanente en el
Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La
programación efectuada por la dirección del ejercicio (DIREX) se
dividió en dos fases bien definidas. La primera de ellas entre el 29
de abril y el 5 de mayo en la que se se recreó un interesante
conflicto territorial, fuertemente inspirado en la invasión de
fuerzas iraquíes sobre Kuwait en agosto de 1990 (ver “Crónica
de un conflicto regional”), simulación que pondría a prueba la
estructura de comando y control implementada por el AdlA y la
planificación conjunta de las misiones de combate. La segunda fase,
desarrollada del 6 al de mayo, comprendió la ejecución de la
operaciones aéreas planeadas por la mencionada estructura de comando
y permitió el adiestramiento de las tripulaciones de los países
participantes.
El
ejercicio involucró 1.200 militares y 70 aviones de combate de los
que la FAB, como anfitriona, aportó 850 hombres y el 50% de las
aeronaves participantes, mientras que Argentina, Chile y Francia
involucraron 350 hombres. El costo aproximado para su ejecución fue
de US $ 400.000 (R$ 920.000), siendo la mayor parte de los gastos
imputados al combustible y al desarrollo de un software específico
para adaptar el Sistema de Control Táctico (TCS) francés
Stradivarius al entorno operacional que presentaba el área donde se
simulaba el conflicto regional que inspiró el ejercicio.
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Mirage
III EBR (F-103E) del 1º GDA. La baja de este modelo está
prevista entre 2003/2005 y será sustituido por el vencedor
del programa FX a partir de 2007. Sin embargo, las demoras en
la definición del programa han obligado a la FAB a arrendar
12 Kfir C-10 como medida transitoria que permita mantener la línea
de vuelo de la unidad interceptora basada en Anápolis. El
convenio suscripto con IAI por US $ 91M no contempla aviones
Kfir biplazas, ya que el entrenamiento de pilotos seguirá a
cargo de cuatro Mirage IIIDBR (foto G. Sentis). |
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El
TCS integró datos procedentes de los radares terrestres del sistema
de vigilancia aérea CINDACTA II de la FAB con información
transferida vía data link desde una aeronave de alerta temprana
aerotransportada (AEW) del AdlA, componiendo un cuadro de situación táctica
que permitió visualizar el desarrollo del ejercicio mediante dos
pantallas instaladas en la sala de operaciones del Comando del
Componente Aéreo de la Fuerza Conjunta (JFACC).
El
Ministerio da Aeronáutica contempló con especial relevancia la
difusión del evento, cuyo desarrollo fue ampliamente reportado por
los medios de prensa locales y dispuso acompañar por primera vez un
ejercicio militar de la FAB en “tiempo real”, poniendo a disposición
de los interesados un web site
que fue consultado por 25.000 personas de 23 países y recibió casi
tres millones de accesos, permitiendo el seguimiento de las sucesos en
el teatro de operaciones mediante información detallada sobre los
ataques realizados, instalaciones destruidas, aeronaves derribadas y
comunicados de prensa simulados por estudiantes de periodismo. Por su
parte, diversos medios periodísticos argentinos también tuvieron
oportunidad de visitar Canoas el 8 de mayo, cortesía de un vuelo
especial organizado por la FAA para el denominado VIP Day.
Medios
participantes
La
"coalición internacional" fue constituida por diversos
medios aéreos que operaron desde la base aérea de Canoas (SBCO). A
partir del 28 de abril fueron desplegados cuatro Mirage IIIEBR
(F-103E) del 1º GDA y cinco F-5E Tiger II del 1º GAvCa, apoyados por
dos C-130E/H Hércules del 2º/1º GTT y 1º/1º GTT respectivamente y
un cisterna Boeing KC-137 del 2º/2º GT.
La
Fuerza Aérea Argentina desplegó a partir del 30 de abril cinco IAI
Finger y un biplaza Dagger T de los escuadrones I y X del Grupo 6 de
Caza, apoyados durante el ferry por un L-100-30 Hércules y un F-28
Fellowship de los escuadrones I y III de Transporte. La Fuerza Aérea
de Chile (FACh) hizo lo propio el mismo día con una formación
encabezado por el cisterna KC-707 Aguila del Grupo de Aviación No.
10, quien durante el ferry a Canoas efectuó el reabastecimiento de
los tres Mirage 50CN Pantera y el único DCN biplaza del Grupo Aéreo
4, mientras sobrevolaban la provincia del Chaco, sobre territorio
argentino.
El
AdlA inició su despliegue hacia SBCO el 27 de abril con la llegada de
un Antonov AN-124 Ruslan arrendado a la empresa Volga-Dnepr, que
trasladó los módulos del sistema de comando y control, el grueso de
los equipos de apoyo y repuestos para los aviones desplegados en
Brasil.
El
28 de abril se produjo la partida de tres Mirage 2000-5F del EC 2/2
desde Dijon, un 2000B del EC 2/5 desde Orange y un KC-135FR del ERV 93
desde Istres; mientras que el Boeing E-3F Sentry del EDA 36 partió
desde Avord (vía Cayenne) al día siguiente.
Todos
los aviones llegaron a Canoas el 30 de abril (vía Dakar-Recife-Bahía),
apoyados por un Airbus A310-304 y un C-130H-30 del ET 2/61 de Orléans/Bricy,
que transportaron otros equipos de apoyo y un total de 140 militares
franceses.
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Mirage
2000-5F (RDY) perteneciente al Escadron de Chasse 2/2 “Côte
d’Or” del Armée
de l’Air. La performance alcanzada durante el ejercicio por
esta versión de “tercera generación” del Mirage dejó
plasmada la diferencia abismal que existe frente a sus
predecesores de segunda generación.
(foto G. Sentis). |
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Las
operaciones de combate
Para
la fase práctica del ejercicio se conformaron diversas "packing
forces" de la coalición integradas por formaciones mixtas que
incluían entre dos y cuatro Mirage 2000-5F y dos F-103E para
cobertura y superioridad aérea, así como cuatro IAI Finger, dos
Mirage 50CN Pantera y dos F-5E que efectuaron misiones de ataque
contra objetivos terrestres. Las salidas de combate siempre contaron
con la asistencia del E-3F Sentry y el cisterna KC-135FR.
Desde
la base aérea Santa María (SBSM) al menos seis AMX (A/RA-1/A-1B)
también actuaron para las fuerzas de la coalición en misiones de
ataque y reconocimiento fotográfico.
Por
su parte, cisternas KC-137 de la FAB y el KC-707 Aguila de la FACh
operaron desde bases no identificadas brindando servicios de
reabastecimiento en vuelo, actuando circunstancialmente para ambos
bandos.
Desplegados
generalmente desde bases en Passo Fundo (SBPF), Pelotas (SBPK) y
Caxias do Sul (SBCX), aeronaves C-130H Hércules, C-95 Bandeirante,
AT-27 Tucano y UH-1H Iroquois de la FAB también participaron en
diversas operaciones aéreas de apoyo y combate que plasmaron en la práctica
lo planificado en el entorno “virtual” del ejercicio.
La
fuerza aérea del país rojo operó los medios de combate que
conformaron la opossition force (OPFOR) a partir de aeródromos
ocupados en territorio amarillo, desplegando seis A/RA-1 (ataque y
reconocimiento) desde Chapecó (SBCH), AT-27 (probablemente desde
SBLJ) y siete F-5E/F (defensa aérea y ataque) desde Florianópolis
(SBFL). Desde Lages (SBLJ), hicieron lo propio aviones C-130H
(transporte) y tres R-95 Bandeirante (reconocimiento fotográfico).
El
primer día de combates, las fuerzas rojas lanzaron 10 ataques sobre
la SBCO, principal base de la coalición, en los que participaron
cazas A-1 y F-5 basados en SBCH y SBFL respectivamente; ocho de los
cuales fueron desbaratados mediante la alerta aérea temprana brindada
por el Sentry, que vectoreó a los defensores de la base (Mirage
2000-5F y F-103E) permitiendo interceptar y derribar a buena parte de
los incursores. No obstante ello, los dos ataques restantes alcanzaron
sus objetivos, impactando al menos la cabecera 30 de la pista y un
hangar.
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Originalmente
la FACh contempló su participación en el evento con los
Mirage 5 MA/MD Elkan del Grupo 8, optando finalmente por los
Mirage 50 CN/DCN Pantera del Grupo 4 ya que cuentan con
capacidad de reabastecimiento en vuelo, operación ampliamente
utilizada durante el desarrollo del ejercicio. (foto G.
Sentis) |
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En
cuanto a los combates aéreos sostenidos ese día entre los F-5E rojos
y los Mirage 2000-5 de la coalición, el delta francés consiguió
ocho derribos sobre un total de nueve F-5 que brindaban cobertura aérea
a los A-1.
La
DIREX impuso un alto grado de realismo a las consecuencias de los
ataques. Durante su visita a Canoas, la prensa argentina fue testigo
de la incursión de una sección de cazas A-1 sobre la base, en el que
tras la corrida de bombardeo se procedió al retiro de dos F-5E de la
línea de vuelo que fueron remolcados dentro de un hangar; movimiento
que pretendió simular el saldo de dos aeronaves destruidas en tierra.
Si
bien no han trascendido detalles sobre el papel desempeñado por los
P-95A/B Bandeirhulla, existen reportes que sugieren su participación
a favor de las fuerzas rojas en tareas de inteligencia electrónica
(ELINT) operando desde SBFL, así como también desplegado desde SBCO
en misiones de patrullaje marítimo por parte de la coalición, ya que
la DIREX planteó la posibilidad de que las fuerzas rojas contaran con
un portaaviones ligero para brindar apoyo aeronaval a sus fuerzas de
ocupación.
La
planificación del CRUZEX 2002 preveía un total de 32 misiones, pero
debido a las malas condiciones meteorológicas imperantes durante casi
toda la semana reservada a la ejecución de operaciones aéreas sólo
pudieron cumplirse 19 de ellas.
No
obstante ello se ha conseguido recrear en la práctica una buena parte
del amplio abanico de misiones contempladas originalmente, como la
evacuación de ciudadanos aislados en territorio ocupado por el
enemigo, rescate en combate (CSAR), búsqueda y rescate (SAR), defensa
aérea, ataque aéreo estratégico, transporte logístico,
reconocimiento fotográfico, Battle Damage Assestments (BDA) y ELINT.
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Las
dos pantallas instaladas en la sala de operaciones del Comando
del Componente Aéreo de la Fuerza Conjunta (JFACC)
permitieron visualizar el desarrollo del ejercicio componiendo
un cuadro de situación táctica actualizado en tiempo real.
(foto G. Sentis). |
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Entre
los highlights del CRUZEX 2002 vale la pena destacar la participación
del E-3F Sentry, que asumió un papel fundamental durante las
operaciones de combate de la coalición. Para poner a prueba la
utilidad táctica de este verdadero "multiplicador de
fuerzas", la simulación contempló, entre otros escenarios,
diversas condiciones adversas, como el colapso de la red de control de
tráfico aéreo civil y comercial en la zona de conflicto. Y, para
complicar aún más la situación, se produjeron diversas
"brechas" en la cobertura de los seis radares militares
terrestres que aseguraban la vigilancia aérea del país azul,
instancia que permitió alguna ventaja táctica a la fuerza aérea
roja quien aprovechó la confusión para lanzar incursiones de
relativo éxito contra bases de la coalición. Para cuando fue llamado
a la acción, el Sentry permitió recuperar por completo el control y
la seguridad del espacio aéreo, redirigiendo y protegiendo a los
vuelos comerciales, “vectoreando” a los aviones de ataque y
superioridad aérea, brindando además alerta aérea temprana
"sin puntos ciegos".
Conclusiones
Analizar
los beneficios y enseñanzas obtenidas por las fuerzas aéreas
sudamericanas que participaron en el CRUZEX 2002 significaría
extenderse en consideraciones que están fuera del alcance pretendido
por este reporte, pero que indudablemente han permitido acumular
experiencias de altísimo valor en el campo técnico y operativo;
destacándose especialmente la posibilidad de operar dentro de un
entorno netamente al estilo OTAN, cortesía de los medios aportados
por el AdlA.
Como
comentario final merece destacarse la trascendencia alcanzada por este
evento, que ha despertado un inusitado interés (y hasta cierta
inquietud) en el gobierno norteamericano. En consecuencia, el General
William Robins, Comandante de la 12th Air Force del Air
Combat Command visitó Brasil durante abril de 2002 dado que la USAF
está organizando un ejercicio de características similares, previsto
para marzo de 2003. Aún cuando se desconocen detalles adicionales
(especialmente la identidad del país anfitrión), se sabe que la FACh
ha confirmado su participación, aguardándose una respuesta en ese
sentido por parte de la FAB y la FAA.
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E-3F
Sentry del EDCA 36, cuya participación marcó una nueva
dimensión en el desarrollo de las operaciones de combate,
llevándolas hasta los más altos estándares actualmente
contemplados por la guerra aérea. Este ejemplar fue equipado
recientemente con un nuevo sistema de guerra electrónico que
incrementó el número de estaciones internas de ELINT/COMINT.
Las antenas del nuevo sistema se perciben bajo el radomo del
radar meteorológico y de navegación, en los laterales del
fuselaje y en la parte posterior de la base de la deriva (foto
G. Sentis). |
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Por
su parte, también estaría confirmado el ejercicio Águila III,
previsto para el segundo semestre de 2003, del que participarán
medios aéreos de la FAA y la USAF, pero que en su tercera edición
contará además con unidades de combate invitadas de las fuerzas aéreas
de Brasil, Chile, Uruguay, Bolivia y Paraguay.
Considerando
que para la gran mayoría de las fuerzas aéreas involucradas resultaría
inaceptable desde el punto de vista presupuestario la participación
en dos ejercicios de semejantes características dentro de un mismo año
de operaciones, no debería descartarse la posibilidad de que ambos
resulten finalmente fusionados en un evento único.
Con
lo que sí podemos especular es que seremos testigos, cuanto menos, de
un nuevo “mega ejercicio” a escala regional; en esta oportunidad,
muy probablemente “auspiciado y solventado” por el marketing de Lockheed Martin.
Guillermo Acerbi |