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El A-4Q 3-A-301 expuesto en el
patio antes de la puesta en marcha de las demás aeronaves. Este
es uno de los pocos Skyhawks preservados en Argentina que tuvo
el privilegio de participar activamente durante el conflicto por
las Islas Malvinas. |
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Todos los años, en el mes de noviembre, la
EET Nº 8 "Jorge Newbery", situada en el partido
bonaerense de La Matanza, abre sus puertas en la denominada “Expo
Newbery”. La misma tiene por fin exhibir públicamente los trabajos
realizados por sus profesores y alumnos, constituyendo una oportunidad
única para ver en funcionamiento las aeronaves que allí son utilizadas
con fines didácticos.
En esta ocasión, la
institución contó con el apoyo de la Armada Argentina (ARA) que dispuso
un llamativo stand compuesto por variados elementos entre los que se
destacaban los accesorios individuales de supervivencia utilizados por
los pilotos navales, misiles AM-39 Exocet, AIM-9B Sidewinder y varios
modelos de cohetes. También se hizo presente personal de la Aviación
de Ejército, que presentó un interesante equipo para
ensayos de metalografía y un camión REO dotado de un laboratorio de
ensayos no destructivos de materiales. Junto a los elementos aportado
por dichas instituciones, se expusieron diversos trabajos realizados
en el establecimiento; destacándose los relacionados con los motores de
automóviles y una pequeña turbina de modelismo.
Escuela técnica o
"museo interactivo"
Entre las aeronaves
observadas se encontraban dos planeadores Grunau Baby IIA, ambos con
esquema de pintura blanco. El primero de ellos era LV-ECU y estaban suspendido del techo del salón principal. El
segundo, sin matrícula, estaba situado dentro del aula anteriormente
destinada como sala histórica y que, a diferencia de nuestra visita del
2003, permaneció cerrada al público. Este planeador también se encontraba
suspendido del techo pero a diferencia del anterior solamente posee su
ala izquierda debido a las reducidas dimensiones del salón. Tanto esta
como sus timones de dirección y profundidad, y algunos sectores del
fuselaje están desentelados dejando ver su estructura y mecanismos
internos.
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La primera aeronave que el
visitante encuentra al ingresar al “Newbery” es este Grunau Baby
IIA, que no pasa desapercibido debido a su inusual disposición. |
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En esta oportunidad
fuimos sorprendidos gratamente por la incorporación del Fairchild F-27J LV-AZW que perteneciera a la aerolínea CATA de la familia Pugliese. Por comentarios de los docentes de la
institución nos enteramos que la misma fue cedida por dicha empresa y
trasladada en camión al “Newbery”, donde se lo armó parcialmente y
repintó en esquema de pintura plateado con cheatline azul y un escudo con los
títulos “F-27 Fairchild” aplicados solo en el lateral
derecho. La aeronave, que carece de cono de nariz, motores, superficies móviles
e interiores y cuyas alas están situadas a un costado de la misma,
parece destinada a servir como aula de capacitación y para fines
didácticos en el ensayo de estructuras.
En el patio también nos
encontramos con el A-4Q Skyhawk 0654/3-A-301, que lucía un esquema de
pintura gris con un tono más claro que el original. El mismo se
encontraba dividido en dos secciones, permitiendo observar al reactor
Wright J-65 W-20. Al parecer, éste se encontraría en condiciones de
funcionamiento pero no sería puesto en marcha en dicha jornada. Otros
elementos ausentes en el A-4 eran su sonda de reabastecimiento (que
pudimos ver en el taller), los cañones Colt Mk.12 y algunas tapas de
inspección que dejaban expuestas las “entrañas” del Skyhawk. Esta
aeronave tiene el valor agregado de ser uno de los que en 1982 tuvo activa participación durante la Guerra de Malvinas.
Desde el patio
accedimos al sector de talleres, donde las demás aeronaves estaban
siendo puestas a punto para la puesta en marcha. El primer avión allí
observado fue el reluciente C-45H Expeditor 0531/6-G-14,
antiguamente perteneciente a la Armada. El mismo exhibía un esquema de
pintura en metal natural y blanco separados por filetes azul y celeste y, como
estila la ARA, con los colores de la bandera nacional en las superficies
móviles del timón. Una particularidad a destacar eran los escudos aplicados
por debajo de las ventanillas del piloto y copiloto: El de la EET Nº 8
(lado derecho) y una llamativa caricatura del C-45H (lado izquierdo). Además,
recibió los logotipos de la empresa Beechcraft en las superficies móviles y
títulos “Beechcraft C-45H Expeditor” en la parte posterior del
fuselaje.
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La última incorporación de la
EET Nº 8 es este F-27J, que fue cedido por la empresa CATA
Líneas Aéreas y que lentamente está siendo acondicionado para
sus nuevas funciones como sala de capacitación y material
didáctico. |
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Inmediatamente detrás
de este se encontraba el T-28 Fennec 0632/3-A-212, que perteneciera
a la misma fuerza y que, al igual que el A-4, presentaba un esquema de
pintura más claro que el original y una gran cantidad de escudos y "nose
arts" en su parte delantera. Por comentario de los docentes también nos
enteramos que tanto el T-28 como el C-45H habrían sido cedidas
temporalmente por la Aviación Naval como material didáctico; por lo que
las mismas deberían haber sido devueltas el año pasado para ser
reemplazadas por otras. Pero el traslado no se habría podido concretar
debido a problemas presupuestarios. También observamos
al entrenador Prentice T.1 E-350 que perteneciera a la Fuerza Aérea
Argentina (FAA). El mismo se presentaba en esquema de pintura color aluminio con
un llamativo "shark mouth" y algunos escudos en los laterales frontales
del fuselaje. Una particularidad de esta aeronave es su menor
envergadura ya que no dispone de punteras alares.
También proveniente de la
Fuerza Aérea se encontraba el Meteor F.4 C-073, que
porta la matrícula ficticia C-071 y presentaba un esquema de pintura
camuflado en gris y verde con vientre en celeste (todos sus tonos eran ligeramente distintos a los originales). Esta aeronave
se distingue de los demás "Glosters" argentinos sobrevivientes por lucir
detalles particulares. Tiene escudos a ambos lados del fuselaje por debajo
de la cabina: A la derecha el escudo de la EET Nº 8 y a la izquierda una caricatura del A-10 Warthog
con la leyenda “Aviación”. También se le pintaron títulos “Gloster
Meteor IV” sobre fondo negro a ambos lados de la nariz y “Fuerza Aérea
Argentina” en la trompa (blancos) y en la parte superior del fuselaje
(negros). Finalmente, conserva varias reminiscencias características de los primeros
Meteor que
operaron en el país: La antena dorsal (que debió ser cambiada por
otro modelo cuando uno de los pilotos perdió su pierna al chocar con una
de estas tratando de abandonar la aeronave en vuelo) y los guardabarros
del tren principal (que fueron abandonados cuando
comenzaron a operar permanentemente en pistas asfaltadas). En el sector de
talleres también pudimos observar un ultraliviano no identificado
suspendido del techo y una interesante variedad de motores y elementos
de distintas aeronaves.
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El C-45H 6-G-14 en el momento
exacto de la puesta en marcha del motor derecho. Esta aeronave
sería la única de su tipo en condiciones de funcionamiento en el
país. |
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¡Que se enciendan los
motores!
Promediando la tarde,
se iniciaron los preparativos para la muy esperada puesta en marcha de
las aeronaves mientras el público se hacía presente en gran cantidad.
Para ello, el A-4Q fue desplazado desde el patio hacia los talleres y
las aeronaves que se encontraban dentro de este fueron tomando su lugar
lentamente en el patio. Verificado el cumplimiento de las medidas de
seguridad de rigor, comenzó la puesta en marcha.
Este año la primera
aeronave que nos deleitó con el rugir de sus motores fue el C-45H que
encendió su motor izquierdo y continuó con el derecho (que se encontraba
sin carenados). Ambos fueron acelerados en forma gradual y luego se
procedió al encendido de las luces de navegación. Esta demostración se
extendió por varios minutos y fue suspendida luego que el motor derecho
comenzara a echar fuego por su escape; primero en forma intermitente y
luego en forma permanente. Si bien las llamas fueron suprimidas gracias
a la oportuna intervención de un alumno equipado con matafuegos, se
procedió al corte de ambos motores. Fue entonces que se pudo apreciar
que de una de las hélices derechas comenzaba a emanar gran cantidad de
aceite.
Posteriormente le tocó
el turno al T-28 que también fue acelerando en forma gradual,
en solitario, hasta que se le sumó el Prentice. Ambos
aparatos permanecieron en marcha un período bastante prolongado; demostrando el buen funcionamiento de
sus motores. En ambas
oportunidades el público presente brindó un gran aplauso para retribuir al enorme trabajo realizado por profesores y alumnos.
El caso del Gloster
Meteor, sin dudas el más esperado de la jornada, fue distinto. Ya que, si
bien los alumnos estaban dispuestos a ponerlo en funcionamiento y en
dos oportunidades iniciaron el procedimiento de puesta en marcha, se
decidió que ésta se realizaría por la noche tras el acto de cierre de la
exposición. Por esa razón, este corresponsal no
pudo estar presente en la realización de la misma.
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En esta ocasión, Expo Newbery
contó con el apoyo de la Armada, que monto un stand que sirvió
para exponer objetos tan interesantes como este primitivo
AIM-9B Sidewinder. |
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Sin lugar a dudas, la
Escuela "Jorge Newbery" se ha constituido en uno de los lugares más interesantes
para la preservación de aeronaves militares antiguas ya que tiene el
raro privilegio de ser uno de los pocos donde las mismas son conservadas en
condiciones de funcionamiento. Además, la Expo Newbery ha logrado
afianzarse durante los últimos años para convertirse en un legítimo
evento clásico aeronáutico que no deja de sorprendernos gratamente año a año.
A riesgo de parecer reiterativos, no podemos dejar de destacar el enorme esfuerzo y dedicación de
profesores y alumnos, principal sustento para que estas
máquinas se mantengan en tan excelentes condiciones.
Esteba Gabriel Brea
(fotos del autor)
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