Apuntes de Oshkosh 2008

(Chicago, 1 de abril de 2009). Llegué a Oshkosh luego de cerca de tres horas de auto, disfrutando las planicies de Illionis y Winsconsin. A medida que me aproximaba aumentaba mi ansiedad al ver aviones rondando el aeropuerto. Me preguntaba, ¿qué me estaba perdiendo? La primera impresión, infelizmente, no fue muy buena. En general, menos aviones particulares que el año pasado y menos aviones antiguos también; sobre todo los grandes. Será por el precio de la nafta que, en el aeropuerto, se vendía a 5,44 dólares el galón. Dediqué la mañana a caminar. Cerca del mediodía me sumergí en los stands y por la tarde volví a recorrer aquellos stands y aviones que me llamaron mas mi atención. Sobre las cuatro de la tarde disfruté del show aéreo, el que luego relato con mas detalles.

En el terreno de los aviones deportivos livianos (Light Sport Aircraft o LSA), pudeo percibir que sigue la producción de aviones pequeños de dos pasajeros y motores de 100hp. La mayoría de ellos equipados con motores Rotax 912; pero algunos, como el hermano menor de los Cessna (el Skycatcher o Cessna 162) con motor Continental. Casi todos con tableros de instrumentos tipo "glass cockpit" de fábrica u opcionales. Una belleza. Se nota también una mayor consolidación en este tipo de aviones, con algunos fabricantes de Europa del Este que por precios vienen pisando fuerte.

A diferencia del evento del 2006 (véase "Un día en AirVenture 2006"), este año la industria de los jets livianos (Very Light Jets o VLJ) pasó de los dibujos, maquetas de tamaño natural y gráficos por computadora a los aviones reales (prototipos en vuelo). Los VLJ van a revolucionar los cielos de la aviación civil y los harán mas peligrosos también. En general, son aviones de cuatro a seis pasajeros, con una sola turbina, hechos de materiales compuestos y con precios competitivos y mejor performance respecto de los biturbohélices tradicionales. Las empresas de aerotaxi, y también algunos particulares, están haciendo pedidos grandes de estos aviones. El problema es que saturarán aún más los cielos de los aeropuertos comerciales pequeños, a mas velocidad que los aparatos de hélice y, contando solo con un piloto, el riesgo de colisión aumentará sin duda. De todos los modelos en exhibición, el Cirrus Jet fue particularmente impresionante en su acrobacia sobre la pista principal. Fue extraño ver un avión de ese tipo haciendo loopings y "toneaus" sobre el público. Espero que a sus futuros dueños no se les de por hacer esas "pruebitas"...

Donde más se notó la influencia del combustible caro fue en el segmento de los aviones antiguos. Se notaba igual cantidad de aviones de combate que en mi última visita y un poco menos de bombarderos. Es siempre un placer ver esos P-51 Mustang relucientes, con la piel como espejos. Cerca de tres o cuatro C-47 Skytrain, varios B-24 Liberator y B-17 Flying Fortress colorearon la fiesta.

Jetpack "no more"

El show no podía estar exento de, valga la cacofonía, excentricidades. Desde Nueva Zelanda, llegó un nuevo concepto de Jetpack. En este caso es un Jetpack a hélice, un engendro movido por dos hélices, con motor de 200 hp, 30 minutos de autonomía, paracaídas balístico y airbag (por si acaso). Un bicho de cuidado que, en realidad, funciona mas como helicóptero que como jet. Los que se mostraban en el airshow ya estaban vendidos. Estuve hablando con uno de los dueños. La verdad que no se para que se podrán utilizar, pero son fantásticos.

Una vez, como en la década de 1950, reaparece el concepto de un auto que es, a la vez, un avión. Se trata del Terrafugia Transition, todavía en fase de prueba, sin haber volado. Sus alas se plegarán y su motor seró un Rotax 912 (¡por supuesto!), podrá transportar dos pasajeros y el Rotax proveerá la fuerza para la hélice y las ruedas. ¿Qué pasara esta vez?

Otra empresa que el año pasado mostraba aviones virtuales apareció con un prototipo. Se trata de Xcor Aerospace. Esta gente fabrica aviones para ejecutivos parecidos a los de Rutan, pero han decidido entrar en el negocio de las carreras de aviones; pero propulsados por motores cohete. Parece mentira, pero lo han logrado. En Oshkosh mostraron un engendro que encendía y apagaba un motor cohete increíblemente brillante mientras desarrollaba todo tipo de acrobacias. Lo notable es que cuando el motor cohete estaba apagado no había nada que propulsara el pequeño avión salvo la inercia y la gravedad. El piloto y el relator estaban comunicados. El piloto decía: allí vamos, 4… 3… 2... 1... y se escuchaba el sonido del cohete primero sobre los parlantes y luego en el aire. El piloto informaba como aceleraba: 100 nudos, 120 nudos, 140 nudos, 170 nudos… hasta que apagaba el motor. ¡Realmente increíble!

Presencia militar y show patriótico

Por primera vez hubo un MV-22B Osprey en exposición. Además, permitían que la gente subiera y hasta me dejaron sacar una foto del cockpit. El V-22 fue un avión polémico entre los que saben de aviación pues tuvo muchos problemas durante su proceso de desarrollo; especialmente con la transición entre vuelo vertical y vuelo convencional. La cabina no se diferencia mucho de los aviones actuales, es todo pantallas y la columna de mando como la de un avión caza. Lo que me llamó la atención fue su capacidad de "achicarse"; casi como si fuese un "transformer". Las aspas de las hélices giran agrupándose en un racimo, luego toda el ala gira superponiéndose a la longitud del avión. Supongo que esto lo hacen para poder subirlo a un portaviones o un C-5 Galaxy. De todas maneras, es impresionante ver esas superficies moverse hasta alcanzar esos tamaños. Mi reflexión en ese momento fue pensar en la cantidad inmensa de piezas que pueden fallar…

El F-22 Raptor hace tres años que anda dando vueltas en la fuerza aérea estadounidense. Vuela a Mach 2.42 y supera ampliamente a un F-15 Eagle. Pero lo más asombroso no es su capacidad Stealth o su velocidad, sino las maniobras que le permiten sus toberas re-orientables. Ver tremenda bestia trepar inclinado hacia arriba a 35 millas por hora volando horizontalmente sin entrar en pérdida o verlo en subida totalmente vertical hasta detenerse en el cielo; y luego seguir vuelo horizontal no es muy diferente a ver un OVNI evolucionando en el espacio. Realmente desafía lo que uno esta acostumbrado a ver. Al Raptor lo mostraron en vuelo y desde lejos. No había ninguno en plataforma para poder acercarse a observarlo, aunque de todas maneras es una maravilla. Yo pensaba en las sensaciones del piloto al ser sometido a esos cambios ‘g’, realmente increíble.

Sobre las cuatro de la tarde comenzaron a despegar aviones de observación de la II Guerra Mundial, luego les siguieron los jets de la época de la Guerra de Corea. Curiosamente, esta vez no hubo MiGs ni Sabres ni Saetas, ni siquiera los veteranos Skyhawks; solo entrenadores polacos y algún que otro precursor del F-86 Sabre. También volaron los Texan en escuadrillas de 14 aviones y muchos, pero muchos, P-51 Mustang haciendo simulacro de bombardeo. Se sentía no solo la explosión, también el fuego y el calor del otro lado de la pista, todo barnizado con canciones patrióticas de los cuarenta y discursos enérgicos sobre los valientes pilotos de siempre. ¡Impresionante! Luego llegaron un B-25 Mitchell y un par de B-17 Flying Fortresses "bombardeando" y, finalmente, la cantante de siempre entonó el himno norteamericano y fue acompañada por paracaidistas llevando banderas nacionales. Muy emocionante.

Este año, Oshkosh fue un descubrir de nuevos aspectos de la aviación. A pesar de no existir cambios realmente significativos, hubo situaciones que marcaron un antes y un después: aviones jet livianos, jetpacks, aviones cohete, aviones coche. Es como si, de repente, se hubiera abierto la caja de Pandora de la aviación. Un mundo diferente, lleno de sorpresas… ¡Oshkosh!

Nuestra imagen de portada

Una vez mas, Oskhosh sorprende por la cantidad y calidad de su flota aerea. Cada anio miles de aviones se acercan a una pequenia ciudad americana para mostrarnos lo ultimo en tecnologia civil y militar, pero tambien aquellas aves legendarias que surcaron los cielos en los ultimos setenta anios (foto del autor).