(Zaragoza, 4 de
agosto de 2008). Del 1 al 4 de mayo pasados se desarrolló en Biscarrosa,
localidad costera de la región de Aquitania (Francia), la doceava
edición de esta consolidada reunión. Creada en 1991, por iniciativa de
los directivos del Musée de l´Hydraviation de Biscarrosa, la
Reunión Internacional de Hidroaviones volvió a ser todo un éxito de
público y aeronaves participantes, superando a las 11 ediciones
anteriores. Sin duda, la meteorología y la excelente organización
hicieron de esta edición uno de los más interesantes eventos
aeronáuticos del año. La “Reunión de Hidroaviones”, a diferencia de
otros airshows, no destaca por la gran espectacularidad de las aeronaves
participantes, puesto que los hidroaviones son pequeños y lentos en
general. Pero es su particular temática lo que hace destacable al evento
de Biscarrosa. Pura y exclusivamente, aeronaves con capacidad para
operar desde el agua, aunque siempre suele haber otros invitados de gran
calidad que complementan la exhibición aérea y hacen las delicias de los
entusiastas. Una mención especial para el público asistente,
extremadamente respetuoso, educado, responsable y completamente
predispuesto a disfrutar de lo que el evento ofrecía.
Como se comentó
oportunamente en nuestro anticipo de este evento (véase “Hidroaviones en
aproximación a Biscarrosa”), el acceso al recinto conocido en Biscarrosa
como “Site Latécoère” era caminando, en bicicleta o en transporte
público facilitado por la organización. Una vez adquiridas las entradas,
se accedía al recinto por una calle principal flanqueada por los stands
comerciales de los diversos expositores presentes. Entre dicha calle y
el lago, un espacio de césped permaneció reservado para el uso de los
visitantes y el resto estuvo vallado y se utilizó como área de
estacionamiento para los hidroaviones con capacidad para operar desde
tierra firme. Los demás hidros, sencillamente permanecieron en el agua.
Cabe destacar que el ticket de entrada al festival también permitía
acceder al Musée de l´Hydraviation ubicado en una calle cercana.
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El Ecureuil de la Gendarmerie francesa que acudió el sábado dispuso
de un área de aterrizaje que le permitió mostrarse al publico, y
esta listo para despegar en caso de requerirse su uso para algún
rescate o evacuación en caso de eventual accidente. |
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Aproximadamente en el
centro del recinto estaba la Casa Latécoère, el edificio principal de la
muestra. Desde allí se brindaba información y horario de vuelos a los
pilotos y al público en general. La casa también albergaba la exposición
“Le Born et l´Aviation” sobre la historia de la aviación en Biscarrosa y
el espectacular simulador de Airbus A-320 de Aquitaine Simulation. Sin
duda un trabajo encomiable el de esta asociación, que dispone
prácticamente de una cabina de A-320 para que sus socios vuelen
virtualmente esta aeronave. En cuanto a simuladores de vuelo, el
Conservatoire de l'Air et de l'Espace d'Aquitaine también presentó dos
de los tres simuladores que posee, destacando aquel que esta montado en
la sección delantera del fuselaje de un Mirage F-1 cedido por el Armeé
de l´Air.
Los expositores que
ocupaban los stands de la calle principal mostraban sus productos y
servicios dentro del mundo aeronáutico. Estuvieron presentes fabricantes
de maquetas a escala, editoriales, librerías, diversas asociaciones del
ámbito aeronáutico, entidades aerodeportivas, institutos de formación
aeronáutica, etc. Quizás faltó la presencia institucional del Armée de
l´Air, pues el equipo de pilotos del Alphajet Solo Display Team fue
continuamente abordado por un público tan respetuoso y amable como
también curioso.
Pero no todo el espectáculo
fue exclusivamente aéreo. El grupo “Les Ventilators” animaba las
jornadas a los participantes con sus disparatados ritmos. También, cada
día después de las 18:00 hs., un grupo musical amenizaba la velada. Hubo
un espacio especial para los más pequeños con juegos y actividades
programadas para niños. Un comentario aparte lo merece la oferta
gastronómica ya que dos restaurantes se ocupaban de satisfacer el
apetito del público. Uno de ellos más formal, a cubierto ofrecía platos
de mayor elaboración. El otro, denominado por la organización como de
“comida rápida”, era al aire libre, con mesas y sombrillas. Lejos del
choripán, el pancho y la coca, al parecer el público francés prefiere
comidas un poco más elaboradas y completas, que deben ser consumidas
pausada y tranquilamente sentados a una mesa. En consonancia con esas
preferencias, ambos restaurantes brindaban las comodidades adecuadas y
los platillos preferidos del público local.
Actividad aérea
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El intenso tráfico se hizo notar en el lago de Biscarrosa. El Beaver
busca su amarre para el ascenso y descenso de pasajeros, mientras el
Dornier se alista para una salida de exhibición. |
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Sin lugar a dudas, el gran día fue el
sábado. Una meteorología excelente, gran cantidad de público y el final
de la jornada con un espectáculo de fuegos artificiales. Pero los vuelos
de hidroaviones se sucedieron durante todo el día, las cuatros jornadas
del festival. Desde primera hora de la mañana hasta las 11:00 hs. se
realizaban vuelos de prueba de las máquinas y de entrenamiento y
adaptación al lago de Biscarrosa por parte de los pilotos. A partir de
dicho horario y hasta las 16:00 hs. se efectuaban vuelos de bautismo en
hidroavión; los que continuaban después de la exhibición aérea y
aproximadamente entre las 17:30 y 20:00hs.
Para tales vuelos la organización
concertó con determinados participantes la realización de los mismos,
por tanto cada media hora partían las aeronaves que participaban del
programa de bautismos. Un total de 11 aviones, 7 ultraligeros y 1
helicóptero permitieron que el público asistente disfrutara a pleno de
estas particulares aeronaves, brindado la posibilidad de conocer más de
cerca la operación desde el agua, cosa que no es habitual hoy en día. La
afluencia masiva de entusiastas de la hidroaviación, unos 22.600 durante
los cuatro días, puso a prueba al personal de tierra, pilotos y
aeronaves. Estos no descansaron un solo momento; excediendo por las
tardes el horario habilitado para los vuelos, actividad que finalizó
siempre bastante más allá de las 20:00 hs., que era lo programado.
La duración de cada vuelo de bautismo
rondaba los 30 minutos, desde la salida a la llegada a la plataforma
terrestre. Básicamente, consistían en abordar la aeronave en tierra,
puesta en marcha del motor y rodaje hasta las rampas que descendían al
agua. Navegación hasta la boya que señalaba el punto inicial de la
carrera de despegue, decolaje desde el agua, vuelo hacia la costa y
sobrevuelo de las playas aquitanas. Al regreso, acuatizaje, navegación
hasta las rampas, salida del agua y descenso de la aeronave. Las únicas
diferencias las marcaron algunos hidroaviones que no operaron desde
tierra y por tanto embarcaban a los pasajeros desde pequeños muelles.
También el helicóptero Bell 47G, que a pesar de disponer de flotadores
operaba exclusivamente desde tierra (por una cuestión de comodidad para
los pasajeros) y su vuelo duraba aproximadamente la mitad de tiempo que
en los aviones o en los ultraligeros. Philippe Magnes, el director de
bautismos, confirmó al cierre del festival la realización de 1.546
bautismos en hidroavión.
Galería fotográfica |
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Stol Uc 1
Twinbee HB-LSK |
Air Tractor
802A EC-JJY |
DHC-2 Beaver
N930AJ |
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Bell 46G F-BVXD |
Ce.208B
Caravan SE-KTH |
Dornier Dö-24
RP-C 2403 |
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Cada día durante hora y media, el
público pudo disfrutar de diversas exhibiciones aéreas, algunas de ellas
acrobáticas. Aquí los hidroaviones, aunque fueron las estrellas del
festival, daban paso a aeronaves convencionales. Sin duda la exhibición
más llamativa y aplaudida por el publico fue la del Dornier Do-24ATT. La
larga historia de la aeronave así lo amerita. No por ello fueron menos
espectaculares las actuaciones de las Aerosuperbatics, las últimas
exponentes del wingwalking, del Alphajet del Armée de l´Air, el potente
Air Tractor descargando agua, o las patrullas acrobáticas, Captens, Reva,
o Tango Bleu. El Bell 47 también aprovecho su turno dentro del
cronograma de exhibiciones para realizar operaciones desde el agua. En
definitiva, excelentes momentos de entretenimiento; para solaz de la
concurrencia, que supo apreciar en su justa medida lo que se le ofreció.
Por otra parte, durante las cuatro
jornadas, pilotos y mecánicos de las aeronaves participantes no dejaron
de intercambiar opiniones, experiencias y conocimientos de la operación
de sus aparatos en el entorno acuático. Esta “manifestación”, como
gustan decir en Francia, no es algo frío y lejano. La relación entre
todos los participantes: público, pilotos, expositores, personal de
apoyo en tierra, organizadores, fue contínua, sincera y clara. Ese
excelente trato entre todas las partes llevó a que todo fluyera
tranquilamente y todos disfrutasen a pleno de los cuatro días que dura
esta “manifestación”.
Indudablemente, la próxima “Reunión
Internacional de Hidroaviones” será la más esperada dentro del mundillo
de los hidros, pues se celebrarán los 100 años del vuelo del primer
hidroavión, que además fue francés. Quedan dos años por delante para
preparar la visita a la Villa de Biscarrosa. ¡Sin dudas un evento
para no perderse!
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