(Escobar, 23 de marzo de
2009). En
la mañana del 3 de julio del 2008, tuvo lugar en la plataforma militar
del Aeroparque Jorge Newbery una modesta ceremonia con motivo de la
repatriación de aproximadamente 4.000 kilogramos de restos fósiles
(huevos de dinosaurios, pinzas de cangrejos, troncos y otras piezas
fosilizadas con una antigüedad de entre 180 y 250 millones de años) que
habían sido extraídos de nuestro país ilegalmente. Tras ser descubiertos
en una feria de paleontología que se efectuó en 2006 en Arizona
(EE.UU.), fueron incautados por INTERPOL. Tras pasar varios meses al
resguardo en un depósito en Riverside, California, fueron trasladados en
un camión custodiado a Washington DC, más precisamente a la base aérea
Andrews donde un Hercules perteneciente a la I Brigada Aérea se hizo
cargo de trasladarlos hasta Argentina.
Según lo expresado por el
Secretario de Cultura de la Nación en una nota del diario La Nación del
17 de abril del 2008, el traslado se coordinó con el Ministerio de
Defensa. La tarea recayó sobre el KC-130H Hercules TC-70, que debía
retornar al país tras ser sometido a un proceso de mantenimiento en
Canadá. La navegación de retorno hizo escalas en Andrews AFB (EE.UU.),
Santo Domingo (República Dominicana), donde hubo demoras por
reparaciones (al parecer se habría tenido que efectuar el recambio de un
motor), Manaos (Brasil) y El Palomar (B.A.).
Al acto del aeroparque
asistieron el Secretario de Cultura de la Nación, José Nun, el embajador
de Estados Unidos, Earl Anthony Wayne, la Secretaria Adjunta de
Seguridad Interior de la Oficina de Inmigración y Aduanas de Estados
Unidos, Julie Myersel, el Secretario de Asuntos Internacionales de la
Defensa Licenciado, Alfredo Forti, el subjefe del Estado Mayor General
de la Fuerza Aérea Argentina (FAA), brigadier Alberto Atilio Maggi, el
Jefe del Estado Mayor de la Armada, almirante Jorge Omar Godoy, miembros
del Ejército Argentino, la Prefectura Naval, la Gendarmería Nacional y
la Policía Federal Argentina (PFA).
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El ministro de Cultura
de la Nación, José Nun (izquierda), el subjefe del
Estado Mayor General de la FAA, brigadier Alberto
Maggi (centro) y el embajador de Estados Unidos,
Earl Anthony Wayne (derecha) observan los embalajes
que contienen los fósiles recientemente repatriados
a bordo del TC-70. |
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Los restos arribaron
alrededor de las 10:24 hs. a bordo del TC-70. Mientras un montacargas
completaba la descarga de los contenedores y embalajes, hicieron uso de
la palabra el embajador de Estados Unidos y el Secretario de Cultura de
la Nación. Finalizada la ceremonia, los presentes se dirigieron a
observar el material que, bajo la atenta custodia de varios miembros de
la PFA, fue prolijamente dispuesto en la plataforma de vuelo.
Posteriormente, las autoridades ingresaron a la aeroestación, donde se
había montado una pequeña muestra de fósiles. Los restos fueron
trasladados por la empresa UPS al Museo Argentino de Ciencias Naturales
“Bernardino Rivadavia”, del barrio de Caballito (Ciudad Autónoma de
Buenos Aires), donde se
efectuarán estudios para identificarlos, determinar su procedencia y
devolverlos a las provincias de donde fueron extraídos.
¿MATE a
la canadiense?
Mención aparte merece el
”Tango Charlie Siete Cero”, que hizo una de sus primeras apariciones
públicas tras su prolongada estadía en tierras canadienses; más
precisamente en instalaciones de la empresa L3 SPAR Aerospace Ltd. en
Edmonton, Alberta. La aeronave había partido de nuestro país el 5 de
junio de 2007 arribando a su destino dos días más tarde tras hacer
escalas en Manaos, Fort Lauderdale y Andrews AFB (EE.UU.).
En Canadá fue sometido a una inspección de tercer escalón (Programmed
Depot Maintenance o PDM). Si bien, según lo informado en un primera
instancia por el Ministerio de Defensa los trabajos tendrían una
duración de seis meses, estos se extendieron por un período de poco más
de un año; ya que la aeronave arribó de regreso a El Palomar en la
madrugada del 12 de junio del 2008.
Según comentarios del capitán Darío Javier Palo, navegador del TC-70 el
proceso comprendió, entre otras tareas, reparaciones de estructura y
pisos, revisión del cajón alar central, cambio del cableado y, en lo que
respecta a la avionica, reemplazo del radar AN/APN-59 por un Bendix/King
RDR 2000. A pesar de todas las modificaciones ya citadas, esta aeronave
no ha recibido las modificaciones en instrumental contempladas en el
programa MATE (Modernización de Aviones de Transporte y Enlace).
Exteriormente la aeronave
luce el tradicional esquema Sudeste Asiático (South East Asia, o SEA) de
tres tonos que la FAA emplea en sus KC-130H Hercules desde su
incorporación en 1979; aunque con la diferencia de que en la parte
posterior del fuselaje le fue aplicada una escarapela y su
correspondiente matrícula, formato que se estilaba anteriormente. En
esta oportunidad el “70” se encontraba sin los pods subalares Sargent
Fletcher modelo 48-000 para reabastecimiento en vuelo que habitualmente
tiene montados.
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