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Tour arqueológico a "La Docta" |
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"City tour" de Carlos Ay Santiago de Chile (24 de junio de 2008). Para quien haya tenido oportunidad de vacacionar en ella desde la infancia (tal el caso del autor), la sola mención de la ciudad de Córdoba proyecta instantáneamente gratos recuerdos. Para quien además posea algún grado de vocación aeronáutica, "La Docta" es una meca ineludible en el camino hacia una carrera profesional como oficial o suboficial de la Fuerza Aérea Argentina o para desempeñarse en el principal polo industrial aeronáutico del país (la antigua fábrica de aviones que hoy administra Lockheed Martin). Y esto no es casualidad: Desde fines de la década de 1920, la capital de la provincia argentina más mediterránea viene atesorando una frondosa historia aeronáutica que la convierte en candidato ideal para iniciar nuestra colección de "paseos" o "city tours" arqueológicos aeronáuticos. El objetivo de estas guías es proveer al entusiasta aeronáutico una suerte de catálogo en el cual pueda informarse de los atractivos museológicos, arqueológicos y anecdóticos de distintas urbes del país y el mundo. Córdoba es el segundo conglomerado urbano más grande de la nación. Con una población cercana a 1.500.000 habitantes, esta urbe comprende la Ciudad de Córdoba propiamente dicha (departamento Capital) y los tres departamentos más próximos y más integrados a ella: Colón (al Norte), Santa María (al Sur) y Punilla (al Oeste). Rica en atractivos turísticos gracias a su trayectoria colonial, la ciudad también es cabecera de varios circuitos serranos que atraen gran cantidad de turismo a lo largo de casi todo el año. El corazón aeronáutico de Córdoba El punto de partida de cualquier tour aeronáutico de la ciudad debe ser, indiscutiblemente, la Guarnición Aérea Córdoba. Ubicada en el extremo Sudoeste de la ciudad, la guarnición cobija a las principales unidades que la Fuerza Aérea posee en la zona, la antigua Fábrica Militar de Aviones y el barrio donde se aloja buena parte del personal civil y militar que trabaja en ellas. Partiendo del centro de la Ciudad (Plaza San Martín, frente a la Catedral), el camino más recomendable para llegar hasta ella es tomar por calle San Jerónimo hasta La Cañada (avenidas Figueroa Alcorta y Marcelo T. de Alvear), girar hacia el Sur y transitar hasta Avenida Julio A. Roca. Doblando hacia el Oeste, se debe recorrer esta arteria hasta conectar con la Avenida Fuerza Aérea. A partir de aquí, es imposible perderse, ya que la guarnición comienza a la altura del 4.000, justo después de cruzar la Avenida de Circunvalación. Para los que prefieran utilizar medios de transporte público, se puede emplear la línea C7 de micros urbanos (amarillos) o los ómnibus que cubren los trayectos a Villa Carlos Paz y Malagueño (Empresa Sarmiento). Un viaje en taxi, por su parte, no debería costar más de US $ 5.
Avanzando de Este a Oeste, y mirando hacia el Norte, las primeras instalaciones que descubriremos son las de la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea (ESFA). Si bien el acceso a la misma está vedado sin autorización previa, algunas de sus piezas arqueológicas se pueden apreciar transitando por el exterior ya que sus ante jardines exhiben un IA-50 G-II y un Hughes 369C. Sus tesoros más preciados, sin embargo, se encuentran en el interior. En un hangar perteneciente al Grupo Enseñanza, la institución conserva una colección de células que se utilizan como material didáctico de los futuros mecánicos, técnicos electrónicos y armeros de la Fuerza Aérea. Entre ellas, destacan el primer ejemplar de serie del IA-58 Pucará y una célula de ensayos estáticos del IA-63 Pampa, dos veteranos de la Guerra de Malvinas (un A-4P Skyhawk y un Canberra B.62) y un par de ejemplares únicos provenientes del Instituto Nacional de Aviación Civil (un Hiller UH-12L y un Cessna 320). Cruzando la calle hacia el Sur, podremos apreciar el perímetro Norte y Este de la planta que actualmente administra Lockheed Martin Aircraft Argentina (LMAASA). Al igual que la ESFA, la planta es una instalación de acceso restringido y su principal atractivo, visto desde el exterior, es la actividad de vuelo que desarrollan las aeronaves construidas o reparadas allí. Para apreciar objetos arqueológicos, es necesario obtener acceso al interior de las instalaciones o contar con catalejos potentes para observarlos desde el perímetro Sureste. Es que en el extremo Sur de la plataforma de vuelo es posible apreciar un "cementerio de aeronaves" en el cual suelen depositarse células inactivas que se encuentran próximas a ser donadas como material de exhibición o desguazadas y vendidas a recicladores. Por este sector, que está en constante movimiento, han pasado los restos mortales de varios IA-50 G-II e IA-58 Pucará que ya no están entre nosotros. También dentro de la planta se encuentra una sala histórica que atesora maquetas de túnel de viento, planos y fotografías que ilustran la rica historia de la antigua Fábrica Militar de Aviones. Y la Escuela de Aprendices de la institución conservaría en su interior al menos un MS-760 Paris como material didáctico.
Siguiendo hacia el Oeste, encontraremos la Escuela de Aviación Militar (EAM), otra instalación cerrada al público que atesora una buena cantidad de piezas arqueológicas. En sus jardines, por ejemplo, podemos encontrar un F-86F Sabre, un T-28 Trojan, un MS-760 Paris y un B45 Mentor montados sobre pedestales. En el extremo Sudoeste del edificio del Escuadrón Estudios, existe un B45 Mentor que se emplea como material didáctico; mientras que los hangares del Grupo Técnico Escuela alojan células de B45 Mentor y EMB-312A Tucano en desuso. En el edificio del Cuerpo de Cadetes, por su parte, existe una sala histórica, la "Sala de Malvinas Capitán D. Omar Jesús Castillo", que rinde tributo a los caídos en la guerra de 1982 y atesora bienes tales como una bandera británica y otra malvinense capturadas en las islas irredentas, materiales empleados durante el conflicto (como el casco del entonces mayor Tomba, derribado en un Pucará el 21 de mayo) y un impresionante diorama de las Islas Malvinas con maquetas de todas las aeronaves de la FAA involucradas en el conflicto. Cruzando la Avenida Fuerza Aérea una vez más, llegaremos al Instituto Universitario Aeronáutico (IUA). Si bien la institución no dispone de aeronaves o células en sus instalaciones, en su interior aloja un bien organizado museo en el cual podremos apreciar una interesantísima selección de maquetas de aeronaves, motores a pistón y reacción, cohetes y misiles desarrollados o construidos en el país. Destacan entre ellos distintos ejemplares de ingenios concebidos por el Instituto de Investigaciones Aeronáuticas y Espaciales y sus sucesores: cohetes DIM (de investigación meteorológica), Orión II, Canopus II, Rigel, Castor, Antares y Tauro 200 (para evaluación de recursos naturales y agropecuarios, ensayos con animales, experimentos en la Antártida, etc.), CLAG I y CLAG II (para la lucha anti-granizo) y misiles Alacrán y Cóndor. También se conservan allí, momificados, un mono-Caí y el ratón blanco "Belisario" (puestos en órbita en cohetes nacionales el marco del programa Bío de fines de la década de 1960) y una estación de rastreo y seguimiento terrestre.
En el plano aeronáutico, rescatamos motores ingleses Rolls-Royce Nene y Merlin (proyectos Pulqui II y Ñamcú), motores nacionales El Indio y El Gaucho y maquetas de varios modelos construidos en la fábrica de aviones cordobesa. Detrás del IUA, en la parte posterior del Barrio de la Guarnición, existen instalaciones de intendencia y abastecimientos que, en ocasiones, han recibido células o partes de células de aeronaves en desuso. Cuatrocientos metros al Oeste del IUA, en el portal de salida de la ciudad rumbo a Villa Carlos Paz, podemos encontrar otras dos aeronaves en pedestales: Un Meteor F.4 y un IA-58A Pucará. El primero recuerda a los primeros cazadores a reacción de la FAA. El segundo rinde tributo a los caídos en el Conflicto de Malvinas y su real sentido se aprecia más completamente desde el aire, tal como ilustra nuestra foto de apertura. Por el antiguo "Camino a San Roque" Manteniendo nuestro rumbo Oeste, ingresaremos a la ruta provincial 20, que lleva a Yocsina, Malagueño y Villa Carlos Paz, autopista de acceso al circuito turístico de las Sierras Grandes y a tres sitios de interés en nuestro periplo arqueológico aeronáutico. El recorrido a seguir a partir de este punto supera los 65 km. de extensión y difícilmente pueda ser recorrido en medios transporte público; motivo por el cual disponer de vehículo propio o alquilado se transforma en un requisito inexcusable. Recorridos unos 15 kilómetros por la autopista a Carlos Paz, encontraremos una conexión con la ruta provincial C45, camino que nos llevará hasta Falda del Carmen. Allí podremos apreciar las instalaciones que hace veinte años sirvieron para implementar el más ambicioso proyecto aeroespacial militar de la Fuerza Aérea: El misil Cóndor. El establecimiento, por supuesto, está actualmente orientado a desarrollos menos polémicos que el sistema balístico discontinuado en la década de 1990 por la administración presidencial de Carlos Menem. Retornando a la ruta 20 y recuperando el rumbo Oeste, llegaremos finalmente a Villa Carlos Paz, vibrante localidad de veraneo que, con el crecimiento urbano de la región, ha devenido en residencia permanente de muchos cordobeses. En la plaza del Club Argentino de Servicios, a orillas del Lago San Roque y próximo al centro cívico de la ciudad, encontraremos emplazado sobre un pedestal a un Mirage IIICJ que, mal maquillado para representar al Mirage IIIEA I-019, rinde tributo al capitán Gustavo García Cuerva, nativo de la ciudad caído en combate durante la Guerra de Malvinas. Un destino de interés colateral en la ciudad es el Museo de Tractores, donde se exhiben dos tractores Pampa construidos por IAME en la década de 1950. Si el viajero acepta volver a Córdoba por la ruta provincial A55, que enlaza Carlos Paz con La Calera y la ciudad capital, tendrá oportunidad de pasar frente al Tiro Federal de Córdoba, donde podrá apreciar los restos de un IA-50 G-II que (sospechamos) proviene del Museo Nacional Malvinas de la también cordobesa localidad de Oliva. Dos kilómetros hacia el Este, el expedicionario encontrará el camino de acceso al aeródromo militar de La Mezquita, cuyo recorrido debería estar controlado por la policía militar. Si logra ingresar a él, recomendamos visitar el aeródromo propiamente dicho y la peculiar arquitectura de su terminal; como así también estar muy atento a la presencia de un fuselaje de C-47 Skytrain a un costado del camino. Se trata de una célula que previamente se empleaba en el campo de instrucción "La Perla" para la preparación y ejercicio de tropas aerotransportadas. El aparato, que no ha podido ser identificado fehacientemente, sería uno de los "decetrés" empleados por la Escuela de Tropas Aerotransportadas hasta la década de 1950.
Volviendo hacia la capital, el expedicionario atravesará la sede de la IV Brigada de Paracaidistas (Br Para IV). En los últimos metros antes de llegar al cruce de la avenidas Colón y Circunvalación, a mano derecha, podrá observar otro dispositivo para prácticas de saltos en paracaídas. Si bien el dispositivo no tendría legítimo origen aeronáutico, nuestras fuentes aseguran que los paracaidistas lo llaman "El Bombi" dado que el primer simulador de esta clase fue construido con los restos de un Ae.M.B.2 retirado del servicio. La brigada también posee un museo paracaidista que podría valer la pena visitar. De regreso en el casco urbano, el más excéntrico sitio de interés de "La Docta" es el domicilio particular del modelista Luis Murúa, sito en el Barrio Matienzo, en cuyo jardín se conservan el fuselaje, las alas y el empenaje de un IA-50 G-II adquiridos en una subasta de la antigua Área de Material Córdoba. Por respeto a la privacidad y seguridad de Don Luis, preferimos no proporcionar en este reportaje indicaciones precisas para llegar a su domicilio. Custodios del orgullo local Atravesando el centro de la ciudad, es obligación concurrir al Museo de la Industria "Brigadier Mayor Juan Ignacio San Martín". Fundado hace diez años, la institución se encuentra instalada en un viejo galpón ferroviario del Barrio General Paz, remozado para alojar una ecléctica colección de artefactos representativos del desarrollo industrial de la ciudad que muchos conocemos como "La Docta". Para llegar hasta allí desde nuestro punto inicial (Plaza San Martín), recomendamos tomar por calle Buenos Aires hasta Avda. Olmos, cruzar el Río Primero por Puente 24 de Septiembre y continuar por la avenida homónima hasta Jacinto Ríos, girar a la izquierda y seguir hasta Libertad; donde finalmente encontrarán los antiguos talleres ferroviarios que ocupa la institución. En transporte público se puede llegar con la línea C3 (amarillo) y un taxi no debería costar mucho más de US $ 2. El material aeronáutico en exhibición ha variado sensiblemente a lo largo del tiempo: En algún momento, estuvieron expuestos aquí el último prototipo del I.Ae.33 Pulqui II, el segundo del I.A. 41 Urubú y uno de los Pierníferos de Reimar Horten. En la actualidad, el museo aloja un IA-50 G-II (su segundo ejemplar, ya que vándalos incendiaron el primero) y el único I.Ae.34m Clen Antú sobreviviente. Todos estos aparatos, y varios de los mencionados más arriba, fueron reconstruidos por el equipo de restauradores del museo.
Esta recorrida no estaría completa si no hacemos escala en los aeropuertos civiles que atienden a la ciudad. En el Aeropuerto Internacional "Ingeniero Ambrosio Taravella" aloja a un IA-50 G-II que se emplea para prácticas de lucha contra incendio. Al Norte y al Sur de la ciudad, existen dos aeródromos de aviación general: Juárez Celman y Coronel Olmedo. Si bien ninguno de ellos aloja museos o salas históricas, vale la pena darse una vuelta por ellos si se cuenta con algo de tiempo. Al igual que el circuito a Villa Carlos Paz, estos dos destinos deben ser visitados con vehículo propio o alquilado dado que se encuentran realmente fuera del radio urbano. Pero las visitas bien podrían rendir sus frutos: La última vez que visitó el aeródromo de Juárez Celman, por ejemplo, el autor tuvo oportunidad de descubrir la presencia del Clen Antú mencionado más arriba y recorrer la antigua planta de PlanAr S.A. (la última fábrica de planeadores que tuvimos en el país). Y el sitio oficial del Aero Club de Córdoba, con sede en Coronel Olmedo, anuncia la existencia de un Museo de la Mujer Aviadora Argentina en sus instalaciones. Nuestras estimaciones indican que, para completar este tour tranquilamente y a conciencia, es requisito disponer de dos a tres días. Si bien el costo del cospel para viajar en micro-ómnibus vale menos de US $ 0,50, es evidente que la mayor parte del recorrido requiere, si no es que exige, contar con vehículo propio o arrendado. Cualquiera sea el medio de transporte empleado o el tiempo asignado al paseo, nuestra recomendación más insistente es no dejar de hacerlo si el destino los lleva hasta "La Docta". Tal como enunciamos al principio, la ciudad posee tesoros aeronáuticos que no se pueden dejar de visitar. |
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Herramientas para el viajero Mientras prepara su viaje, descargue el mapa y revise nuestro derrotero con GoogleEarth, programa de representación geográfica que le permitirá familiarizarse con los sitios a visitar y adquirir una orientación general del recorrido gracias a sus imágenes satelitales. Antes de partir, no deje de imprimir la cartilla del viajero. Este sintético documento podrá acompañarlo durante el viaje proporcionándole los datos más esenciales: Una copia del mapa de ruta, la lista de sitios de interés (con direcciones y teléfonos de contacto, donde se conocen) y el catálogo de aeronaves que se pueden observar. Nótese, sin embargo, que la información de estos accesorios era válida a la fecha de publicarse este material; aunque podría no corresponderse con la realidad que el viajero encontrará al llegar a destino en fecha posterior. |
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Guillermo Landa, Pablo Potenze, Diego O. Rojo, José A. Soria y Jorge Souto colaboraron en la elaboración de este informe. También consultamos Aero Club Córdoba, CBAviación, Club Aeromodelista La Mezquita, Ejército Argentino, Museo de Tractores y Registro Nacional de Armas. |
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